Algunas empresas estaban acostumbradas a sacarle la sangre al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para hacerse millonarias. Eso ya no pasa más y vamos a hacer que pase menos. En los pasados tres años el organismo evitó el gasto de 12 mil millones de pesos mediante esquemas de adquisición de medicamentos, equipos e insumos que terminaron con prácticas carentes de ética, como la colusión entre proveedores, afirmó Mikel Arriola Peñalosa, director del instituto, en entrevista para La Jornada.

También se acabaron las licitaciones a modo, aquellas que definían requisitos y condiciones de compra que solamente podía cumplir un gran proveedor y excluía a los negocios pequeños. Se rompieron los monopolios y acuerdos que generaban ganancias extranormales a muchas empresas.

Mayor competencia, precios más bajos

Al favorecer la competencia, los precios bajan, señaló a propósito del inicio, este martes 13, de la compra consolidada de medicamentos y material de curación. Es el cuarto año en que las instituciones federales del sector salud, institutos nacionales y entidades federativas participan en este ejercicio. En los tres años previos tuvieron ahorros por 10 mil 863 millones de pesos. Sólo en 2015 se asignaron contratos por 38 mil 800 millones de pesos y el ahorro fue de 2 mil 521 millones.

El director del IMSS, como líder de la compra, anticipó que en esta ocasión el monto global a invertir es de 49 mil 451 millones de pesos y se podrán obtener nuevos ahorros por el mayor volumen de requerimientos y mayor competencia entre proveedores.

Jugar limpio

Subrayó que el IMSS es el mayor comprador de medicamentos e insumos del sector salud en el país. En 2017 invertirá 34 mil millones de pesos en este rubro. A las empresas que le venden al instituto les va muy bien, pero tienen que vender barato, jugar limpio y evitar prácticas alejadas de la ética.

Un problema de esta clase ocurrió con la licitación de servicios integrales de laboratorios de análisis clínicos, que hace unos meses motivó la denuncia del IMSS ante la Comisión Federal de Competencia Económica, luego de descubrir la colusión entre proveedores.

Lo mismo pasaba en los bancos de sangre, servicios de intervención de mínima invasión y hemodiálisis, de tal suerte que los precios para el Seguro Social eran sistemáticamente más altos con respecto de los del mercado. Por las nuevas condiciones en las licitaciones, sólo en los servicios de hemodiálisis el ahorro será de 4 mil 800 millones de pesos entre 2016 y 2019, y en las pruebas de laboratorio se evitará el gasto de 4 mil 500 millones de pesos. Con eso el IMSS puede pagar las pensiones de sus trabajadores y vivir otro año.

El funcionario reconoció que legalmente es difícil determinar responsabilidades de servidores públicos en estas acciones. Lo que sí se puede, aseveró, es generar, realmente, las mejores condiciones de compra para el Estado.

Arriola resaltó que las medidas para hacer mejor uso de los recursos económicos han significado que el IMSS siga vivo. No lo estaría en ausencia de esta política, porque en 2012 se dijo que las reservas financieras se agotarían en 2014, y así fue.

El Seguro Social se quedó seco, porque hasta hace cuatro años los egresos crecían 8.5 por ciento al año, mientras los ingresos aumentaban 2.5 por ciento. Era una brecha enorme que explica el agotamiento de las reservas, además de que en 2012 el pago del régimen de jubilaciones y pensiones (RJP) de los trabajadores del instituto era de 5 mil millones de pesos por año.

Resaltó que con acciones sistemáticas de eficiencia administrativa, en los tres años recientes el déficit se redujo 60 por ciento, con lo que en 2015 los ingresos aumentaron 4.6 por ciento, mientras el gasto se elevó 5.5 por ciento. La brecha se redujo, a pesar de que el cumplimiento del RJP ya implica una erogación anual de 8 mil 500 millones de pesos.

Este avance se refleja en la atención médica. Mientras en 2012 se reportó una disminución de 10 por ciento en la prestación de servicios, para 2015 el indicador aumentó 10 por ciento, y ya en el informe financiero se plantea que el IMSS cuenta con reservas hasta 2019, pero si continúan estas políticas, el próximo año podríamos anunciar la ampliación de ese periodo, indicó.

La compra consolidada de medicamentos y material de curación forma parte de las acciones que buscan dar el mejor uso posible al dinero. En esta ocasión participarán nuevamente con el IMSS las instituciones federales: el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Petróleos Mexicanos y las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, así como 17 entidades federativas y 17 institutos nacionales, hospitales federales y de alta especialidad que, en conjunto, requerirán productos por 49 mil 451 millones de pesos.

Mañana 13 de septiembre se publicarán en el Diario Oficial de la Federación las prebases de la licitación y el 29 se darán a conocer las bases definitivas, en las que se prevé la inclusión de blindajes para garantizar mayor transparencia. Entre estas medidas –con base en el modelo de gobierno abierto que se utilizó en la licitación de las pistas del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México– se encuentra la que indica que todos los actos de la licitación serán públicos y se transmitirán por televisión. Además, se incorporará el protocolo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por el cual cualquier persona que lo desee puede solicitar la información de los procesos, siempre que no vaya en detrimento de la competencia. Se trata, señaló Arriola, de ir más allá de lo que piden las leyes en materia de transparencia y anticorrupción.

Por primera vez, los participantes deberán firmar un convenio de autorregulación, en el que se comprometan a mantener una conducta ética en los concursos y evitar artimañas que obstaculicen la competencia entre proveedores. Además, las empresas que se sientan afectadas contarán con mecanismos de denuncia ante la industria farmacéutica.