El incremento en el déficit fiscal, que se triplicó desde el comienzo del sexenio, así como el aumento de la deuda pública a un monto que equivale a la mitad del valor de la economía, constituyen el principal reto para la política económica del país, sostuvo BBVA Bancomer. Ante el alza en el endeudamiento por el gobierno es importante juzgar si esos recursos han sido bien usados o no, consideró.

Lo que se debe hacer en términos del manejo de la política económica es llevar a cabo la consolidación fiscal –la reducción del déficit entre los ingresos y el gasto del sector público–. Ese es el reto más importante”, opinó Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.

Al inicio del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en diciembre de 2012, el déficit fiscal era equivalente a uno por ciento del producto interno bruto (PIB). En 2016, ese desequilibrio habrá llegado a representar 3 por ciento del PIB, explicó Serrano. Mientras tanto, el conjunto de pasivos con cargo al gobierno federal llegarán este año a un monto similar a 51 por ciento del tamaño de la economía. Este nivel es 10 puntos porcentuales arriba del registrado cuando comenzó el sexenio y 18 puntos porcentuales más que en 2007, cuando comenzó su tendencia ascendente.

La reducción del déficit fiscal, que conlleva una disminución en el tamaño de la deuda respecto del PIB, ayudaría a contener el deterioro de las cuentas externas del país, que comenzó a observarse en el último año, aunque de manera todavía marginal, apuntó el economista en jefe de BBVA. También quitaría presión al tipo de cambio y mejoraría la percepción que los mercados financieros internacionales tienen de México, añadió en una conferencia de prensa en la que presento el documetno Situación México, preparado por el área de estudios económicos del grupo financiero.

En ese sentido, consideró fundamental que el paquete económico para 2017, que será entregado este jueves por el nuevo titular de Hacienda, José Antonio Meade, a la Cámara de Diputados, se establezca con claridad la forma en que el gobierno hará efectivo el compromiso ya anunciado de reducir el déficit fiscal e incluso de generar un superávit primario, que es la diferencia entre ingreso y gasto antes del pago del servicio de la deuda pública.

Los retos fiscales son complicados, pero es indispensable enfrentarlos, apuntó.

Deuda: ¿en qué se gastó?

El crecimiento de la deuda pública se convirtió en las semanas recientes en punto de atención dentro y fuera del país. Standard and Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings, las tres principales calificadoras de inversión –cuya evaluación impacta el costo del financiamiento del país– alertaron sobre el incremento de la deuda, en un entorno de crecimiento menor al esperado y reducción de ingresos por la menor producción y caída en el precio internacional del petróleo.

En efecto, ha habido un aumento importante en la deuda como porcentaje del PIB. Parte de esa deuda fue para acomodar los menores ingresos petroleros. Es positivo que ya se esté enfrentando la reducción en los ingresos disminuyendo el gasto. Eventualmente tendremos que juzgar en unos años cómo se utilizaron esos recursos, si fue en obras de infraestructura, aunque ahorita no tenemos conocimiento de cuáles fueron y cómo van. Al cabo de un tiempo sería muy importante juzgar si esos recursos fueron bien usados o no, comentó Serrano.