En México ya se trabaja en el desarrollo de un artefacto, indica especialista
Miércoles 7 de septiembre de 2016, p. 37
Cuando el corazón deja de funcionar o si no se recupera del infarto a pesar de tratamientos e intervenciones para desbloquear las arterias, los expertos en medicina crítica cardiovascular pueden recurrir al corazón artificial. Es una máquina –casi del tamaño de un teléfono celular– que sustituye la función del órgano de bombear la sangre al cuerpo. Puede colocarse en forma temporal o definitiva, aseguró Francisco Baranda, jefe de Terapia Intensiva Cardiovascular del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez (INCICh).
Si bien el corazón artificial se utilizó por primera vez en los años 50 del siglo pasado, era rudimentario y no funcionaba. En los años 80 y 90 surgieron otros modelos, pero tenían gran tamaño. En la reciente década aparecieron los nuevos dispositivos que han logrado una sobrevida de 60 por ciento a cinco años. Antes, ese 60 por ciento era de mortalidad a un año, señaló.
El del corazón artificial y sus aplicaciones es uno de los temas que se abordarán en el Foro Latinoamericano de Medicina Crítica Cardiovascular, el cual se realizará desde este miércoles hasta el viernes en las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Genómica.
En entrevista, Baranda, también presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina Crítica Cardiovascular y organizador del foro, comentó que en el INCICh se han colocado alrededor de 40 corazones artificiales en forma temporal. Se retiran al cabo de algunas semanas o dos o tres meses, cuando el corazón se recupera y vuelve a funcionar o el paciente se somete a un trasplante cardiaco.
Todavía, dijo, no se ha colocado uno de forma definitiva, principalmente por su alto costo. El que se utiliza en el INCICh proviene de Estados Unidos y vale entre 2 y 3 millones de pesos. Actualmente, en colaboración con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), está en desarrollo un corazón artificial en el país.
El experto aseguró que es un proyecto en fase tres de investigación y ya se está probando en seres humanos.
En países donde el uso del dispositivo está más extendido, personas con un corazón artificial en forma permanente tienen sobrevida promedio de cinco años. Y hay algunos que llevan casi una década. En el futuro podría ser la alternativa del trasplante, apuntó.
La cirugía sustitutiva de corazón es otra opción en el tratamiento de la enfermedad cardiaca grave. Dijo que ya es parte del quehacer cotidiano
, aunque en México se practica poco, porque el tratamiento que deben tomar los pacientes de por vida para evitar el rechazo del órgano tiene un costo de mil a mil 200 dólares mensuales.
Baranda también comentó sobre la importancia de que las personas con alguna enfermedad cardiovascular acudan de forma temprana a los servicios médicos.
En el caso de los infartos significa buscar ayuda en la primera hora a partir de que se presentan los síntomas: dolor intenso y opresivo en el pecho, sudoración con náusea y vómito, así como la sensación inminente de muerte.