En sesión plenaria, PAN y PRD exigieron que el Senado formule fuerte extrañamiento al presidente Enrique Peña Nieto por el error histórico de invitar a México al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, y por no haber adoptado una postura enérgica y digna durante la reunión con el magnate.

Durante más de tres horas, panistas, perredistas y petistas cuestionaron que el gobierno de Peña Nieto haya puesto a México como tapete electoral de Trump, lo acusaron de traición a la patria y exigieron al PRI que reconozca la equivocación del Presidente,

Dos senadoras del tricolor afirmaron que el Presidente actuó como estadista y con valentía.

Gabriela Cuevas (PAN) demandó que Peña acuda al Senado a responder a los legisladores: Tan equivocada es la estrategia que siguió el jefe del Ejecutivo que ahí tenemos la negativa de Hillary Clinton a visitar nuestro país. Pidió la renuncia de la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu.

Dolores Padierna (PRD) exigió que Peña Nieto se disculpe públicamente por esa decisión, que indignó y humilló a los mexicanos y molestó no sólo a la canciller Ruiz Massieu, sino también a la embajadora de Estados Unidos en México y a la candidata demócrata Hillary Clinton. México queda vulnerable en la relación con su principal socio comercial y en peligro de una posible intervención de Washington en nuestra política interior.

Mariana Gómez del Campo (PAN) sostuvo que fue una estupidez llevar a Trump a Los Pinos. Manuel Bartlett (PT) dijo que Peña quedó como un presidentito y Mario Delgado (PRD) planteó que el Presidente debe renunciar, dado lo débil de su gobierno.

Ante las críticas, la priísta Marcela Guerra sostuvo que Peña Nieto adoptó la valiente decisión de tender un puente de comunicación con el señor Trump para sensibilizarlo sobre su posición migratoria. Recordó que Felipe Calderón, siendo presidente, recibió a un aspirante a presidir Estados Unidos, al republicano, John Mac Caine.

Mariana Cuevas (PAN) respondió que Mac Caine no llamó violadores y ladrones a los migrantes, ni planteó construir un muro en la frontera que deberá pagar México.