Al considerar insuficiente la meta del gobierno federal de lograr en 2017 un superávit primario en las finanzas públicas de 0.2 por ciento como proporción del producto interno bruto (PIB), o 40 mil millones de pesos, con el fin de reducir la deuda pública, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) planteó que sea de 7.5 veces más, es decir de 1.5 por ciento respecto al PIB o 300 mil millones de pesos, lo que implica más ajustes o recortes al gasto público.

Lo preocupante de las finanzas públicas es el incremento significativo en materia de deuda del sector público, que equivale a 10.5 puntos del PIB sólo en lo que va del sexenio (del presidente Enrique Peña Nieto) y en el que se ha basado el reciente análisis de las calificadoras... Indudablemente deberá haber un ajuste importante en el gasto público, con el objeto de que la deuda se mantenga como proporción del PIB” indicó el organismo en su análisis semanal.

Si bien destacó que el principal elemento del paquete económico que la Secretaría de Hacienda entregará al Congreso de la Unión el 8 de septiembre es restablecer un superávit primario después de ocho años consecutivos con balances deficitarios, remarcó que se requiere un esfuerzo mayor para lograrlo.

Una de las mayores preocupaciones de las autoridades hacendarias es evitar que la deuda pública siga aumentando como proporción del PIB y posteriormente establecer los mecanismos necesarios para retomar su tendencia a la baja, pero objetó que la meta de 0.2 por ciento podría ser menos en términos de valor al previsto desde abril en los Precriterios de Política Económica que Hacienda.

Un balance primario superavitario como el que se prevé en los precriterios es ya una buena señal y en la dirección correcta, aunque aún insuficiente para mantener sin cambio la relación deuda-PIB. Mantener la relación constante requeriría un esfuerzo mucho mayor, un ajuste que llevara a un superávit cercano a 300 mil millones de pesos, monto que sería equivalente a 1.5 por ciento el PIB, calculó.