Gudiño Hernández debuta en la novela policiaca; reconoce que es su placer culpable
Esta literatura es un reflejo de cómo está corrompida la sociedad y el sistema de impartición de justicia
, sotiene en entrevista
Más que círculo vivimos un despeñadero vicioso
, afirma
Domingo 4 de septiembre de 2016, p. 7
Un nuevo detective entra en la escena de la literatura policiaca mexicana. Se llama Cipriano Zuzunaga y es el personaje principal de Tus dos muertos, la novela más reciente del escritor Jorge Alberto Gudiño Hernández.
El libro, que es el primero de un autor nacional que publica Alfaguara en su serie Alfaguara Negra, es un placer culpable: toda mi vida he leído novela policiaca, al margen de todos los otros géneros que siempre he leído y siempre me han gustado. Mucho tiempo pensé que algún día escribiría una novela policiaca, pero pensaba que éstas eran muy lejanas a mi registro narrativo, y además no necesariamente se me ocurría cómo abordar una novela de ese género, porque ahora estamos inundados y saturados de él
, dice Gudiño Hernández en entrevista.
En realidad estaba escribiendo otra novela y de pronto llegó la historia de este policía, comandante venido a menos, dedicado ahora a cobrar las cuotas de esos personajes variopintos que habitan las calles de la Ciudad de México hasta que se le ordena resolver el secuestro del hijo no reconocido de un diputado.
“Suspendí la otra y escribí ésta, que es probablemente la novela que más rápido he escrito, y dije: ‘bueno, ya con esto me doy por bien servido respecto de mi incursión en el género’. Me quito la espinita, pero es muy emocionante escribir novela policiaca, supongo que tiene que ver con que es emocionante leerla; ya me preguntaron si habrá continuación y todavía estoy considerando hacer una serie con el comandante Zuzunaga.”
Decadente y confundido
Cipriano, añade, es un sujeto con el que no me iría a cenar nunca, pero si tuviera que elegir de todos los que aparecen en la novela, sería con él con quien lo haría. Probó el poder, ahora está en decadencia y no sabe bien qué espera: no sabe si quiere ascender de nuevo, si quiere vengarse; mientras tanto, sigue en este ejercicio del poder a menor escala, sin ningún reparo moral: no tiene problema en quitarle dinero a la señora que pide dinero en las esquinas con su hijo enfermo
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–¿Hay una forma de escribir la novela policiaca mexicana? Este género, ¿depende del lugar donde se escribe?
–Sin duda, del lugar y del momento histórico en el que se escribe. Por ejemplo, la literatura policiaca escandinava tiene detectives terriblemente atormentados como en su momento tuvo superhéroes. Sherlock Holmes era un superhéroe, infalible en absolutamente todas las cosas. La novela policiaca mexicana de hace dos o tres décadas tenía estos detectives con enorme carga de humor. Sí tenían algo de tormentoso, un montón de histórico y sí se enfrentaban constantemente a la corrupción, como los de Taibo II o los de Ramírez Heredia. Luego viene esta nueva oleada, donde el exponente más claro es Élmer (Mendoza), que son personas que tienen que estar dentro del sistema, porque estar fuera de él es casi imposible.
En conversaciones con escritores de novela policiaca se plantea qué haría Sherlock Holmes en México: el ridículo, no podría hacer absolutamente nada, en la primera esquina lo golpean y se deshacen de él. ¡Ni siquiera va armado, pues! Él no podría entender la manera de la corrupción. Entonces sí me da la impresión de que la novela policiaca mexicana en buena medida es un reflejo de cómo está corrompida la sociedad y cómo está corrompido el sistema de impartición de justicia.
–Leemos en los periódicos, vemos en los medios toda esta corrupción, crímenes, y entonces uno se pregunta: ¿para qué una novela policiaca si lo estamos viendo en la realidad?
–Porque se puede llegar a lugares diferentes. Primero hablo en términos generales, con el periodismo se busca dar cuenta de las cosas, con la literatura buscamos entender el porqué de esas mismas cosas; es decir, todos podemos tener en la mente alguna noticia de los últimos años en los que un policía corrupto hizo algo, a mí no me interesa ese algo que hizo, quiero saber por qué lo hace, cómo son sus procesos mentales a la hora de enfrentarse con los criminales, pero también a la hora de enfrentarse con los ciudadanos buenos a los que de pronto va a detener y de los que se va a aprovechar porque puede. A esa parte ya no puede llegar el periodismo, pero la literatura nos puede ayudar a resolver esas dudas que ni siquiera van a resolver un problema social, pero ayudarán a entender por qué suceden las cosas.
–¿En verdad ayuda a entender?
–Como escritores y lectores sí, pero que las entendamos no quiere decir que las podamos resolver.
El sistema está corrompido desde hace mucho y llevamos décadas así; cada vez es más grave, porque el círculo vicioso ya se volvió casi, casi un despeñadero vicioso, y no hay soluciones sencillas ni a corto plazo, tiene que ser un proceso a muy largo plazo, que involucre un montón de conciencia, creo que es ahí donde ayuda: la conciencia de que el bien común a largo plazo implica una mejor condición de vida para el individuo y esa conciencia todavía no se tiene.
–¿Literatura como creadora de conciencia, entonces?
–También; no creo que sea necesariamente su primera función ni su primordial función, pero ayuda a ese particular, a darnos cuenta de que sí se pueden hacer algunas cosas o de que finalmente es muy difícil juzgar sólo con blancos y negros. Los personajes de los libros y las circunstancias suelen abrir un abanico de posibilidades a la hora de juzgarlos, algo que intentaba hacer con Cipriano.
–¿A qué se enfrenta Cipriano?
–En abstracto a él mismo, porque se enfrenta finalmente a un sistema del cual es parte y del cual no es que se enorgullezca o se avergüence: él se hizo en ese sistema, es corrupto, no tiene problemas en lastimar a la gente, no tiene el mínimo sentido de la justicia, la que tiene es una lucha interior. En lo abstracto o en una parte más profunda sí se enfrenta con criminales diversos, porque además parece que se multiplican, que tienen que ver más con la perversión. Parece que aquí los criminales son más perversos en un sentido de satisfacer sus necesidades que en un sentido de dañar al otro.
Tus dos muertos se presentará el próximo 20 de septiembre a las 19:30 horas en la librería Gandhi de Coyoacán.