La desaceleración en el consumo y particularmente en la inversión –uno de los detonantes del crecimiento a futuro– se hizo evidente, aseguró Manuel Sánchez González, subgobernador del Banco de México.

La depreciación del peso, que ha perdido una cuarta parte de su valor de cambio frente al dólar desde enero de 2015, es resultado de la trayectoria creciente de la deuda del gobierno federal y debilidad financiera de Petróleos Mexicanos, expuso Sánchez González, en una reunión con el grupo directivo de Cemex, realizada ayer en Monterrey, Nuevo León.

Una presentación de los planteamientos hechos por el subgobernador Sánchez González fue distribuida por la oficina de comunicación del Banco de México.

Después de crecer a un ritmo de 7.5 por ciento anual hacia finales de 2014, la inversión fija bruta, que es la realizada en construcción, maquinaria y equipo, tuvo una variación negativa de uno por ciento en mayo pasado, último dato conocido, de acuerdo con la presentación del subgobernador del banco central.

Mientras tanto, el consumo privado creció, también en mayo, a una tasa anual de 1.8 por ciento, menos de la mitad de los niveles de 4 por ciento registrados hacia finales de 2015 e inicio de este año, según la información divulgada por el Banco de México.

Hasta hace unos meses, la Secretaría de Hacienda mencionaba que el consumo interno era el sector que más contribuía al crecimiento de la economía, dada la pérdida de dinamismo de las exportaciones a consecuencia de una menor demanda en Estados Unidos de productos mexicanos.

Sobre este punto, Sánchez González expuso, de acuerdo con la presentación, que la producción manufacturera en México ha perdido vigor por la contracción de la demanda externa.

Alrededor de 85 por ciento de las exportaciones mexicanas tiene como destino Estados Unidos y están dirigidas, principalmente, a satisfacer la demanda de la industria manufacturera de aquel país.

Las exportaciones manufactureras de México tuvieron una contracción de 4 por ciento anual en el segundo trimestre de este año, lo que se reflejó en una variación negativa, de 0.2 por ciento, en la producción industrial del país, de acuerdo con lo presentado por el subgobernador del banco central.

El menor dinamismo manufacturero parece haber empezado a afectar segmentos importantes del sector servicios, como el comercio y el transporte, dijo.

Los servicios contribuyen con prácticamente dos tercios del producto interno bruto. Y, en particular el comercio, aporta 25 por ciento de la riqueza generada por los servicios.