Dos temas pendientes que tiene el actual gobierno con los trabajadores son el de los salarios mínimos, porque no se ha podido llegar a un acuerdo con el sector empresarial para ajustarlos, y la nueva reforma en materia de justicia laboral, cuyo objetivo es acabar con los contratos de protección y con los sindicatos blancos en el país, sostuvo ayer el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida.

En conferencia de prensa, el funcionario hizo un balance de las acciones que ha llevado a cabo la secretaría que encabeza durante los casi cuatro años del presente gobierno. Dijo que aunque los salarios mínimos han recuperado 6 por ciento del poder adquisitivo, no es suficiente, pues la pérdida acumulada en cuatro décadas es de 75 por ciento.

Por ello, en breve habrá una reunión con los sectores obrero y patronal para retomar el diálogo sobre las percepciones de los trabajadores, y se continuará insistiendo hasta lograr un aumento a los mínimos, pero sin que esto contamine otros temas, como la inflación.

En cuanto a la reforma en materia de justicia laboral, puntualizó que ya fue enviada a la Cámara de Senadores para su análisis desde el 28 de abril, y entre sus objetivos están el terminar con prácticas nocivas de la representación sindical, ya que la legislación impone medidas para que los trabajadores sepan y conozcan a sus líderes. Se buscará que ya no haya representantes gremiales que hagan emplazamientos a huelga sin tener siquiera obreros inscritos y los recuentos por la titularidad de los contratos colectivos sean transparentes y democráticos.

Adelantó que habrá cambios fundamentales en materia de tribunales laborales, ya que, por ejemplo, el número de expedientes que tiene por resolver la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje hace imposible cumplirse con el principio de justicia pronta. El promedio es que cada asunto tarda tres años para resolverse; y es que 40 por ciento de los casos en esta junta no son laborales, sino reclamos de seguridad social.