A bordo del portaviones

Garibaldi, Italia.

“Muchos creían que después del Brexit (la salida de Reino Unido de la Unión Europea) Europa se había acabado. No es así, no se ha acabado”, sostuvo este lunes Matteo Renzi, primer ministro italiano, en presencia de la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, François Hollande.

Nosotros queremos escribir una página mejor de Europa, aseguró el líder italiano desde el portaviones Garibaldi, buque insignia de la marina italiana, donde organizó una cena de trabajo con los dos dirigentes europeos para hablar de defensa, seguridad, migración, juventud y empleo en Europa, tras la crisis de identidad que atraviesa el viejo continente.

De cara al terrorismo islamita y a la guerra civil en Siria, tenemos que hacer más por la seguridad interna y externa de la Unión Europea, aseguró por su parte Merkel, al apremiar a mejorar el intercambio de información entre los servicios secretos de los países miembros.

De cara a retos tan grandes y a la cantidad de refugiados que llegan, tenemos que mejorar los mecanismos de protección de nuestras fronteras, agregó Merkel en el curso de la conferencia de prensa conjunta ofrecida desde el portaviones.

Si no hacemos algo, Siria será vergüenza internacional

“

Vamos a hablar de empleo, de prosperidad económica, de crecimiento con el objetivo de crear trabajo y ofrecer un futuro a la población”, añadió Merkel.

Por su parte, Hollande reconoció que el peligro que corre hoy en día Europa es el de la división, de quedar fragmentada.

Ante uno de los fenómenos más graves que afectan a la región, el de la llegada de miles de personas que huyen del hambre y de la guerra en África y Medio Oriente, Hollande pidió mayor coordinación entre los países.

Queremos mejor coordinación, más medios y más recursos para el sector de defensa. A Europa le toca protegerse, pero le toca también acoger a aquel que para exiliarse pone en riesgo la vida, dijo el mandatario francés.

La catástrofe de la guerra en Siria se convertirá en la vergüenza de la comunidad internacional si no hacemos algo, admitió.

Renzi dijo que 102 mil migrantes han alcanzado las costas italianas este año, en comparación con las 105 mil personas que lo habían hecho a estas alturas el año pasado, y que la ayuda debe estar disponible para aquellos que lo necesiten.

El presidente del Consejo italiano recibió hacia las 16 horas a la canciller alemana y al presidente francés en Nápoles, de donde se trasladaron a Ventotene, pequeña isla del Mediterráneo situada entre Roma y Nápoles, donde nació en los años 40 la idea de una Europa unida y libre.

En la isla, los tres dirigentes europeos colocaron ramos de flores azules y amarillas –los colores de la Unión Europea– en la lápida de mármol blanco del comunista y antifascista Altiero Spinelli, uno de los padres fundadores de la unidad europea y autor de un histórico alegato por una Europa federal, llamado el Manifiesto de Ventotene, texto precursor del federalismo continental.

Luego, los tres dirigentes se dirigieron al Garibaldi, donde compartieron una cena de trabajo.

La decisión de Reino Unido de salir de la Unión Europea (UE), el llamado Brexit, y sus consecuencias para el futuro de Europa, hizo reaccionar de inmediato a los dirigentes de Alemania, Francia e Italia, que desean dar un nuevo impulso a la integración europea.

“Es verdad que el Brexit generó incertidumbre”, reconoció Hollande, quien llamó a multiplicar las inversiones públicas y privadas en sectores estratégicos como las nuevas tecnologías y la transición energética, para hacer frente a la crisis de desempleo en muchos países del viejo continente. El encuentro de este lunes fue organizado tres semanas antes de una cumbre europea extraordinaria, prevista para el 16 de septiembre en Eslovaquia, convocada tras el Brexit.

Las conversaciones de este lunes representan el comienzo de una semana de reuniones de Merkel con jefes de otros gobiernos europeos, y considera la visita a cuatro países y recibir a ocho líderes con la intención de proteger al bloque europeo y suavizar el choque provocado por la salida de Reino Unido.

Tras el Brexit muchos británicos buscan en su árbol genealógico un antepasado de alguno de los 27 estados miembros del bloque para mantener pasaporte europeo. Muchos han echado mano de sus orígenes irlandeses, otros han recurrido a la embajada de Alemania en Londres. Lo más sorprendente son los 400 descendientes británicos de judíos sefaradíes, perseguidos y expulsados de Portugal hace cinco siglos, que han solicitado la nacionalidad de este país.

La página web de genealogía ancestry.co.uk también ha constatado un alza significativa de las consultas desde el referendo británico. El número de internautas que se inscriben para el periodo de prueba subió 40 por ciento. Paralelamente, en una semana, las búsquedas de ancestros irlandeses aumentaron 20 por ciento, explicó Sue Moncur, de ancestry.co.uk