Estás loco, fue la respuesta que recibió Ignacio Padilla (1968-2016) cuando informó a su familia su deseo de ser escritor. Sin embargo, perseveró y perseveró, dijo orgulloso su padre, Francisco Padilla, cuya familia es de Zamora, Michoacán, “conservadora, tradicionalista. “Allá son buenas las profesiones de médico, arquitecto, abogado, químico, pero escritor... Hubieran visto la lucha con su abuela, quien era sumamente severa. ‘¿De qué vas a vivir?’... pues resultó.”

Entrevistado en la funeraria donde se velaron los restos de su hijo, fallecido la madrugada del sábado en un accidente automovilístico en Querétaro, don Francisco Jerónimo Sebastián de Aparicio anunció que a Nacho se le rendirá un homenaje en la próxima Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, actividad que le encantaba. También estaba programado para el Hay Festival Querétaro, que se celebrará del primero al 4 de septiembre.

Aunque no sabe si su vástago, a quien considera alguien fuera de serie, dejó un libro pendiente, sí me platicó que tenía varios escritos que desde luego daremos a conocer, porque a través de sus familiares cercanos, su hija, van a encontrar muchas cosas entre su escritorio y todo. No sé si se llegue a armar un libro con todo eso.

No todo lo que escribió su hijo ha gustado a don Francisco: “No sé si oyeron cuando me usaba de conejillo de Indias, al pasarme sus primeros escritos. Le decía: ‘hijo, seguramente es una obra de arte, porque no entendí nada’. Después, cuando ya era famoso, una vez al platicar en un acto público dijo: ‘recomiendo mi último libro de cuentos; es tan accesible que hasta mi papá lo entendió’”.

Al velorio llegó María Cristina García Cepeda, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, en representación del secretario de Cultura federal, Rafael Tovar y de Teresa.

La funcionaria se sumó a la pena que embarga a las letras mexicanas y a la familia ante la pérdida de un gran escritor en plena madurez creativa. Dijo que en la Secretaría de Cultura, por conducto de la Dirección General de Publicaciones (DGP), hay un proyecto de revisión de las obras de Padilla, ya que la mejor manera de recordarlo es impulsar la lectura de su obra.

Marina Núñez Bespalova, responsable de la DGP, dijo que tiene propuestas en torno a la publicación de algunas obras: A lo mejor queremos realizar la idea que tenía Nacho de reunir sus narrativas cortas, que ya había empezado a hacer. Sin embargo, vamos a dejarle tiempo a la familia para el duelo que viene después de tragedias como ésta. Luego hablaremos con ellos. Padilla concibió la parte literaria del Festival Internacional Cervantino, entonces, habrá que hacer algo alrededor de ello.

La funcionaria dijo que no sólo van a reditar sus libros, sino buscar nuevos lectores, algo que interesaba mucho a Padilla. Lamentó que tengan que pasar cosas así para que se armen programas en este sentido, fijándonos en ciertos autores.

Estaba en plena madurez

Para Jaime Labastida, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, de la que Padilla era miembro, toda muerte es dolorosa, pero en el caso de Nacho lo que más me duele es que se encontraba en plena madurez y tenía todavía muchísimo por hacer. Se trunca una carrera que prometía ser brillantísima, y lo fue hasta donde llegó, pero seguramente hubiera podido hacer mucho más, porque era un académico real.

Conmovido por esa desgracia, el poeta Eduardo Lizalde dijo conocer a Padilla y su creación desde cuando era casi un niño, hace 20 y tantos años. Era un hombre de gran talento.

Moisés Rosas, director del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, se refirió a la generación del crack, de la que Padilla fue una de las principales figuras, y afirmó que representan mucho de la voz de la sociedad y del tiempo que nos tocó vivir.