Alumnos de nivel superior del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se reunieron ayer afuera de la dirección general acompañados por el profesor René Torres Bejarano, quien fue cesado en abril pasado. Los jóvenes exigieron cambio de carrera y que el docente sea reinstalado.

Autoridades politécnicas informaron que se han encontrado con los jóvenes para solucionar su petición. Sin embargo, aseveraron, no pueden atender a todos, pues en las escuelas que solicitan no hay lugares para más alumnos. Por ejemplo, en medicina, una de las carreras más solicitadas, se requieren los promedios más altos para ingresar.

Un grupo pequeño de estudiantes se reunió en la explanada del Centro Cultural Jaime Torres Bodet –llamada Plaza Roja– en Zacatenco. Se trasladaron a las inmediaciones de la dirección, se acercaron a la reja que la rodea, pero los policías que resguardan los edificios les indicaron que no podían ingresar, por lo que se instalaron en el camellón frente a las rejas sin ocasionar contratiempos.

Me acusan de azuzar a los jóvenes a cerrar las vocacionales, en el reciente conflicto que se suscitó. Es falso; al contrario, les aconsejé que no pararan las clases, afirmó en entrevista el docente con más de 50 años de servicio. También negó haber dejado de cumplir con su trabajo, para lo cual está recabando pruebas.

El lunes y el martes pasados Torres Bejarano, ex director de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime) en la unidad Zacatenco, y miembro del Comité 68, intentó ingresar a las oficinas de la dirección. Además de no permitirlo, los policías me llevaron al juzgado cívico de la delegación Gustavo A. Madero, indicó.

El jueves acudió a un acto en la sede de la Esime del Centro Histórico, pues por ser ex director soy invitado permanente. Sin embargo, sucedió lo mismo, aseveró. Esa vez, además, “me golpearon y me condujeron al juzgado de la delegación Cuauhtémoc y luego al torito”.

Sobre los estudiantes que piden un cambio de carrera dijo que son alrededor de 50 quienes están inscritos en carreras que no les interesan. Las autoridades no entienden que si no es su vocación, es un desperdicio para las escuelas, la institución y el país.