20 de agosto de 2016     Número 107

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Entrevista a Gabriela Badillo

68 voces, 68 corazones;
cortometrajes en lenguas indígenas


Gabriela Badillo Sánchez FOTO: Lourdes Rudiño

Lourdes Rudiño

Inspirada por el fallecimiento de su abuelo materno, Efraín Sánchez, maya originario de Maxcanú, Yucatán, y por la preocupación “del tesoro que se va cuando alguien muere: tradiciones, cultura, cuentos, lenguaje…”, Gabriela Badillo Sánchez emprendió una aventura que la ha llevado a adentrarse a poemas y cuentos indígenas –algunos tomados de los libros, pero otros escuchados de viva voz de la gente mayor en las comunidades de diversos estados de la República– y que se ha venido materializando en una serie de cortometrajes animados que conforman el proyecto “Sesenta y ocho voces, sesenta y ocho corazones”.

Este proyecto, dice la página web que lo aloja, 68voces.mx, “es una serie de cuentos indígenas animados narrados en su lengua originaria, creados bajo la premisa ´Nadie puede amar lo que no conoce’ con el fin de ayudar a fomentar el orgullo, respeto y uso de las lenguas indígenas mexicanas entre hablantes y no hablantes. Así como ayudar a disminuir la discriminación y fomentar un sentido de orgullo hacia todas las comunidades y culturas que forman parte de la riqueza cultural de México”.

En entrevista, Gabriela Badillo, una joven de 37 años de edad, egresada de la carrera de diseño gráfico de la Ibero, relata que hasta el 2012 trabajó durante ocho años en Televisa, en el área de animación y diseño, la cual generó un proyecto llamado “Imaginantes”, que eran unos cuentos animados, escritos y narrados en sólo un minuto por José Gordon.

En medio de la tristeza y las reflexiones por la pérdida de su abuelo, y también “con la necesidad de brindar a la sociedad lo que sé hacer”, se topó con el poema náhuatl Cuando muere una lenguaI (Ihcuac tlahtolli ye miqui), de Miguel León Portilla. “Comenzó a hacer sentido todo. En el poema se dice que cuando muere una lengua, se cierra una ventana, una puerta, un universo distinto. Cada que desaparece una lengua es una cosmogonía que se va, una cosmovisión que se va. A partir de allí empezó el proyecto de Sesenta y ocho voces…”.

La experiencia en Imaginantes “me sirvió como una gran escuela y me dio el impulso para pedir una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca)”. Junto con una amiga, Gabriela fundó la casa productora Combo, y con el apoyo del Fonca creó, produjo, adaptó, animó y dirigió los siete primeros cortos de la serie. A partir de 2015, y ya con el apoyo de Canal Once, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), el proyecto se perfiló para abarcar las 68 lenguas indígenas de México, y hasta hoy se han generado un total de 20 (incluidos los siete primeros).

Se prevé que en un lapso de dos años estén completados los 68 cortometrajes, con el apoyo financiero de las instituciones mencionadas, pero también de otras que se vayan sumando, como es el caso de una empresa que comercializa café chiapaneco en Estados Unidos. Está en Austin, Texas, se llama Ruta Maya. Esta compañía se ha puesto en contacto con Gabriela para financiar cortos en lenguas de Chiapas.

Los cortos están dirigidos al público en general, sobre todo las que comenzaron a producirse en 2015. “Son historias de cosmogonías, el origen del arcoíris, del sol, de la Tierra… Los primeros que hice con el Fonca son de tradición y de autores contemporáneos, como Andrés Henestrosa, Hermenegildo López Castro y Manuel Espinosa Sainos. Los dos primeros fueron el poema mencionado de León Portilla y la adaptación del cuento maya La última danza, de Isaac Esaú Carrillo Can.

Gabriela Badillo comenta que no sabe hablar maya y eso es algo que la ha llevado a tomar conciencia de la importancia de valorar las lenguas indígenas. “Hice mi servicio social en Yucatán por parte de la Ibero y era muy triste ver cómo los niños no hablaban en maya, cómo las mamás les decían: ‘no quiero que pases por lo que yo pasé’. ¿Cómo?, si suena tan bonito, ¿por qué no deben hablarlo? Por supuesto que se entiende esta parte arraigada y este dolor que traen muchos de discriminación […] El proyecto busca fomentar el uso y respeto de las lenguas, el orgullo por éstas y también reivindicar un orgullo propio dentro de la comunidad, que las personas se sientan orgullosas por pertenecer a sus etnias, y ayudar a disminuir la discriminación. Ha sido un aprendizaje de tres años, hemos ido viendo también qué historias se pueden ir contando visualmente mejor para que todo el público le entre y sobre todo los niños. La idea es llegar cada vez más a los niños. Son ellos quienes tienen la semillita para reivindicar sus lenguas. Ahora vemos que los abuelos son quienes hablan sus lenguas, los papás las entienden pero no las hablan; entonces el futuro y las esperanzas están en los niños”.

Las historias y tradiciones que Gaby ha escuchado en las comunidades provienen de los abuelos, son de tradición oral; “son historias que no quieren ver morir. Es muy lindo ver cómo hay historias del norte, sur y centro de la República que contienen elementos simbólicos. Te encuentras conejos y coyotes en todos lados, pero también hay historias iguales con variantes. Eso habla mucho del sincretismo y la comunicación e intercambio de mercancías y de conocimientos que ha habido entre todas las comunidades. Llevamos muchos años existiendo y las comunidades no están aisladas ni son estáticas; eso es parte de lo que se quiere retratar. Hay un sincretismo también muy fuerte en la religión. En muchas historias está  presente un diluvio o Cristo o algunos santos, y es que ya no es momento de decir esto fue antes de la conquista española y esto después. Ya somos todo, somos producto de esta revoltura que ha sido la historia. Algo que también se ve en las historias es una conexión y un respeto muy grande de los indígenas con la naturaleza, de allí que hay varias que hablan del primer amanecer, de la forma de la Tierra, de cómo somos uno solo…”

Comenta Gaby que el nombre del proyecto está inspirado en la palabra totonaco, que significa “tres centros, tres corazones”.

Las reacciones al proyecto “han sido muy bonitas, muy lindas, en todos lados. La población no indígena, que es 80 u 85 por ciento de la nacional, lo ha recibido muy bien. La mayoría no sabía que había 68 lenguas, ‘qué bonitas lenguas, qué bonitas historias’, dicen. Y en las comunidades también ha gustado mucho el proyecto y lo han tomado como una herramienta de enseñanza para los niños y emocionados dicen ‘ah, podemos hacer esta historia’ o ‘ah, podemos hacer esto otro’. Ha sido increíble conocer a todos los traductores, a los locutores que han participado, ver cómo viven en las comunidades, conocer tanta gente. Parte del proyecto es eso, promover la riqueza de la diversidad, asumir que somos diversos y amar esa diversidad”.

Gabriela Badillo comentó que el Inali la ha apoyado mucho para localizar traductores y locutores que participan en los cortometrajes, y también, junto con el Canal Once, apoyó para llevar los cortos a las propias comunidades, para que los conocieran de forma directa. En 2015 fueron a comunidades de Tabasco y del Estado de México y en este 2016 a Oaxaca y Veracruz. “No sólo fuimos a obtener las historias sino a que las vean los que han participado. Pero además, si bien muchas comunidades no tienen internet, no falta quien tiene Facebook o localidades con café internet y así están llegando los cortos a la gente. Queremos que el proyecto no se quede como acervo nada más, sino que sirva a las instancias y a las comunidades”.

Algunos cortos se han proyectado en festivales de cine de Canadá, Argentina, Chile y Berlín (Alemania) y también ha sido objeto de interés de medios de comunicación internacionales que valoran la difusión de las culturas indígenas.

Para mayor información y para ver los cortometrajes, visite:
68 voces.mx
,
/oncetv-ipn.net/nuestralengua/.
Facebook: 68Voces


Las historias, los poemas y cuentos animados filmados hasta hoy por
“Sesenta y ocho voces, sesenta y ocho corazones” son:

1.      El viento (ayapaneco)
2.      Las luciérnagas que embellecen los árboles (matlatzinca)
3.      La bruja (tlahuica)
4.      El inicio del mundo como lo conocemos (otomí)
5.      El origen de las mariposas (tojono o’ otam)
6.      El origen del arcoíris (mazateco)
7.      El origen de los rarámuri y chabochi (tarahumara)
8.      El primer amanecer (huichol)
9.      El origen de los celos (pai pai)
10.    El origen de la tierra (seri)
11.    El origen de la vida (ch’ol)
12.    El origen del fuego (mayo)
13.    El origen del sol y la luna (tzeltal)
14.    La última danza (maya)
15.    Imagen de Prometeo (zapoteco)
16.    Cuando muere una lengua (náhuatl)
17.    La muerte (mixteco)
18.    Muere mi rostro (totonaco)
19.    El chapulín brujo (yaqui)
20.    Cómo llegó el conejo a la luna (huasteco)

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