A partir del primero de septiembre, la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados será ocupada por el Partido Acción Nacional (PAN). Para ese espacio se perfilan legisladores que no concitan el consenso: Marko Cortés, Gustavo Enrique Madero y Jorge Triana.

La decisión la habrán de tomar los representantes panistas en su reunión plenaria a celebrarse la semana próxima en Cuernavaca, Morelos, una vez que el dirigente nacional, Ricardo Anaya, recomiende a quien llevará las riendas de las tareas legislativas.

La obtención de la mesa directiva en San Lázaro ha despertado el apetito del mismo coordinador Marko Cortés, quien ha deslizado su interés por convertirse en presidente cameral, lo mismo que el ex dirigente nacional del PAN, Gustavo Enrique Madero, quien no goza del respaldo del resto de las fuerzas políticas en San Lázaro, y Jorge Triana –hechura de Santiago Creel–, a quien sus correligionarios en la Cámara le reprochan que además de haberse convertido en constituyente intente contender por la presidencia del órgano legislativo.

Durante su encuentro, previo al inicio de los trabajos del periodo ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, los panistas resolverán quién habrá de ocupar la mesa directiva. Ricardo Anaya ha recomendado a sus compañeros diputados que resuelvan por consenso sobre quién recaerá esa responsabilidad. Aun así se espera que el dirigente nacional incline la balanza a favor de quien garantice experiencia en el manejo legislativo y gobernabilidad a la instancia legislativa.

La negociación para colocar a un diputado con experiencia en esa posición no se circunscribe al interior del PAN. El resto de las fuerzas políticas aportan opiniones con el propósito de colocar a un presidente que garantice la conducción de los trabajos legislativos sin sobresaltos durante el año por venir.

En ese terreno, el coordinador Marko Cortés, quien ha delegado en gran cantidad de oportunidades la conducción de la bancada para atender asuntos externos, ahora ha manifestado entre sus cercanos el deseo de convertirse en presidente de la Cámara y dejar a otro de sus compañeros la coordinación. Esta determinación no le ha acarreado dividendos a Cortés, pues convertiría a Gustavo Enrique Madero, de nuevo, en protagonista en la escena del Congreso.

Esta posibilidad no es bien recibida en el entorno de Ricardo Anaya. El presidente nacional del PAN ha manifestado que es necesario garantizar gobernabilidad a la Cámara de Diputados, para alcanzar el equilibrio con el Senado.

La pretensión de Marko Cortés no es bien recibida por la mayoría de los panistas, quienes se expresaron por que se acerque más a ellos en su tarea de coordinador de la bancada. Incluso observan que ni Madero ni Jorge Triana tienen posibilidad de ser nombrados presidente de la mesa directiva.

El primero recobraría un protagonismo que sus detractores no desean, y a Triana no se le ven tamaños para conducir los trabajos en San Lázaro. Entre los panistas se insiste en la necesidad de colocar a un presidente que garantice gobernabilidad a la Cámara de Diputados, abone a favor de la política de alianzas y sepa conducir la negociación del presupuesto.