l caso de Enrique Flores Mendoza es punto a tomar en cuenta cuando el nuevo gobernador elabore una estrategia para poner la casa en orden. Es una caja que tendrá que abrirse para observar qué ocurría en el gobierno actual. Una constructora aparentemente favorecida, que lo mismo realizó obras cuantiosas que casas de funcionarios. Suena conocido: un esquema similar al de la famosa casa blanca. Por ese sólo hecho de razonable sospecha, el gobernador entrante deberá hacer una investigación exhaustiva del manejo de recursos para obras públicas importantes y del patrimonio de los miembros del gabinete en funciones. Eso, claro, si es auténtica la intención de limpiar el gobierno de Zacatecas de posibles actos funestos de corrupción. Porque sabemos que si hay redes extendidas es altamente probable que continúen operando en el próximo gobierno con los mandos que sigan.

Además, las investigaciones de casos de enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y conflictos de interés deben hacerse de modo confiable, es decir, con una comisión especial investigadora autónoma. Este caso de omisiones graves en la declaración de patrimonio y de información de empresas que hacen obras públicas y casas de funcionarios es motivo más que suficiente para emprender una limpieza; es condición para instalar el Sistema Estatal Anticorrupción.

En suma, actuar ante este ominoso hecho es vital para saber que la nueva administración está dispuesta a erradicar o, cuando menos, disminuir la corrupción. Para tener éxito, el gobierno que empieza deberá generar confianza y mostrar voluntad de auténtica transparencia. Que los ciudadanos sepamos que se toma en serio el tema de la corrupción y sus manifestaciones prácticas es la mejor manera de iniciar un gobierno. He ahí el reto.