Brasilia.

La suspendida presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo este jueves que pedirá justicia y defenderá la democracia en el alegato que hará ante el Senado durante el juicio de destitución que dejó su mandato al borde del abismo.

A siete días del inicio de la fase final del proceso que la suspendió, como paso previo a sacarla del poder, según indican todos los sondeos en el Senado, Rousseff afirmó que está convencida de su lucha y que no puede darse el lujo de pensar en escenarios hipotéticos de derrota.

Del Senado espero justicia. Voy a argumentar no sólo en favor de la democracia, del respeto al voto directo del pueblo brasileño, sino también a favor de la justicia, dijo en un encuentro con corresponsales extranjeros.

La mandataria dispondrá de media hora –que podría ser extendida– para hacer su alegato el lunes 29 de agosto y se estima que la votación final del Senado sería para el 31.

La primera mujer en llegar a la presidencia de Brasil, de 68 años, es acusada de haber violado la Constitución al autorizar gastos sin la aprobación del Congreso y de manipular las cuentas públicas, lo que le valió la apertura del impeachment por un Parlamento muy adverso.

El segundo mandato de Rousseff comenzó bajo fuego. Desde su asunción, el 1º de enero 2015, el Partido de los Trabajadores (PT) quedó envuelto en acusaciones de corrupción en la estatal Petrobras, mientras la economía se derretía. Ese año cayó 3.8 por ciento.

Rousseff, quien enfrentó la dictadura militar (1964-1985) como militante en una guerrilla marxista, sostiene que es víctima de un golpe parlamentario encabezado por el vicepresidente Michel Temer, quien actúa como jefe de Estado interino y gobernará hasta finales de 2018 si sentencian a su ex aliada.

Figura clave en los 13 años y medio del proyecto izquierdista del PT, la mandataria reconoce algunos errores en su gestión y promete que si escapa al juicio de destitución convocará a un plebiscito para que la ciudadanía decida si hay que adelantar elecciones.

Sólo hay una forma de juzgar a un presidente: una elección directa, cerró Rousseff, quien fue relecta en 2014 con más de 54 millones de votos.