a ruta de diálogo y negociación que estableció Miguel Ángel Osorio Chong después de los acontecimientos mortales de Asunción Nochixtlán, Oaxaca, ha llegado a un punto complicado. El gobierno federal ha hecho concesiones, como el aceleramiento de los procesos judiciales que ha permitido la liberación de dirigentes, y el freno y cese de las políticas de descuentos y despidos contra profesores que no habían presentado las evaluaciones programadas o que habían acumulado faltas por participar en protestas. Del lado magisterial también se había disminuido la intensidad de las protestas públicas, especialmente por cuanto al bloqueo estricto de carreteras federales.

Tales elementos de distensión no han sido, sin embargo, suficientes. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha exigido que el gobierno federal consigne por escrito respuestas específicas a sus demandas, en especial la referente a echar abajo lo que aún se sigue llamando reforma educativa. Y, obviamente, ni Los Pinos ni Bucareli tienen respuesta positiva a ese reclamo. Enrique Peña Nieto fue enfático, en una entrevista reciente, en precisar que no se cancela la citada reforma. En tales circunstancias, las protestas de los maestros disidentes han ido subiendo de tono, diversificando sus objetivos de acción inmediata (no sólo las carreteras o las casetas de peaje) y advirtiendo que no regresarán a clases el lunes próximo si sus planteamientos no son resueltos en esta semana.

El virtual retorno del conflicto a niveles peligrosos tiene ahora como referente de presión a las organizaciones empresariales del país, que han impulsado una campaña de declaraciones promotoras del uso de la fuerza pública contra la CNTE y que, al mismo tiempo, han presentado escritos ante el Poder Judicial para denunciar las pérdidas y daños que han sufrido a lo largo de esta confrontación, y para exigir al gobierno federal que actúe contra los responsables.

A las aristas delicadas del problema en sí se añade la adelantada lucha entre facciones de la cúpula federal por la postulación presidencial priísta para 2018. Osorio Chong quitó a Nuño el manejo del conflicto magisterial, que se había escapado de las manos a este secretario de Educación Pública. Pero en el grupo que encabeza Luis Videgaray Caso, el secretario de Hacienda que también pretende ser abanderado presidencial o que lo sea alguien de su bando (en el que participan el citado Nuño y el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade), consideran inaceptable el papel del comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, dependiente de Osorio Chong, al ordenar un desalojo excesivo y el uso de armas de fuego contra habitantes del poblado oaxaqueño antes citado, lo que cambió radicalmente el escenario de un movimiento que Nuño consideraba bajo control, y a partir de lo cual ese titular de la SEP entró en una fase de debilidad política extrema.

Un lector, que prefirió guardar su nombre, criticó lo que sucede “cuando primero nos suben los precios y luego nos los bajan sólo una parte de lo que se habían aumentado (los comerciantes, especialmente los de las grandes tiendas, bien saben de esto, sobre todo cuando lo que vale 10 lo suben a 30 y luego lo ponen en oferta en 20). Lejos de sentirnos robados, tenemos que ponernos contentos porque tras el gran robo ahora, sólo por un momento, nos robarán un poco menos. Esto es lo que está pasando con la baja en el precio del gas. Pero, si el ‘dinero’ en la realidad (y no en la ficción financiera) es la expresión del valor del trabajo (…) veremos que se nos roba impunemente, al necesitar hoy mayor cantidad de trabajo para comprar la misma garrafa de gas que ayer comprábamos por una menor cantidad de trabajo”. Al respecto, el Compa Lalo Cura, @lalo0095 , tuiteó: “Peña, contra malas noticias: gas de $238, sube a $290 y, la buena noticia: ‘baja’ a $261; aplausos”.

Angélica Tavira envió a esta columna sus observaciones respecto de lo sucedido con la delegación mexicana de box que fue enviada a los Juegos Olímpicos: Su estructura, dinámica y funcionamiento se encuentra en las bases que estableció Mario Vázquez Raña. En el caso particular de la Federación Mexicana de Box, su actual presidente tiene religiéndose alrededor de 30 años, recibe patrocinios de marcas y se dedica principalmente a promover boxeadores a nivel profesional, ya que esos le generan ganancias; han utilizado los recursos públicos para construir sus negocios privados. El haber sacado a los boxeadores a pedir dinero no fue más que un recurso manipulador dentro del conflicto que tienen con la Conade. En ningún sentido quiero justificar al tal Alfredo Castillo; hay un conflicto de intereses muy fuerte entre las federaciones, el Comité Olímpico Mexicano y la Conade, donde nada tiene que ver la preparación física, la competitividad o el deporte de alto rendimiento. Esto no es más que la rebelión en la granja.

Por cierto, en 2004, el reportero Jesús Yáñez Orozco publicó en El Universal una crónica de la sesión celebrada para relegir al licenciado Ricardo Contreras como presidente de la Federación Mexicana de Boxeo Amateur (FMBA). Llevaba, entonces, 16 años en el cargo, y actualmente ahí sigue. Escribió el cronista: Es como acudir a una asamblea priísta. Nada se objeta. Hasta las moscas votan en favor. Ni una abstención. Dos horas de palabras huecas y un sinfín de aplausos vacíos llenan el auditorio de la Confederación Deportiva Mexicana. Afuera, en una enorme manta blanca con letras negras se podía leer la postura de los opositores: ¿Quién es Ricardo Contreras? Dictador, favorecedor, mañoso, vengativo y vividor (http://goo.gl/JnH5pq). Con casi 30 años manejando el presupuesto para el boxeo aficionado, Contreras puso, con sentido efectista, a jóvenes a botear para financiar sus viajes de competencia. Pero ni remotamente Contreras y la FMBA son los buenos de la película. Tan malo el giro Alfredo Castillo (Conade) como el colorado Ricardo Contreras (FMBA). ¡Hasta mañana!

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