Una parte de la calidad de los servicios en clínicas y hospitales que atienden a los afiliados del Seguro Popular se garantiza con la acreditación que emite la Secretaría de Salud (Ssa). A 12 años de operación de ese esquema de aseguramiento todavía falta comprobar que poco más de mil establecimientos –de un total de 12 mil 489– cumplen con tener el personal capacitado en el uso de guías clínicas, los equipos médicos y las instalaciones para el tratamiento de las enfermedades cubiertas.

Gabriel O’Shea, titular de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud (CNPSS), afirmó que este organismo no participa con recursos para operar la nueva instancia propuesta por el titular del Ejecutivo, cuyo objetivo será garantizar la calidad de los servicios médicos, pero cuenta con el Fondo de Previsión Presupuestal, que el año pasado destinó casi 4 mil millones de pesos a la compra de equipos médicos y la construcción y sustitución de centros de salud y hospitales.

Estos recursos se utilizan sobre todo cuando, por carencias en infraestructura, los establecimientos no alcanzan o pierden la certificación de la Ssa, lo cual ocurre con frecuencia, dijo el funcionario.

Otra parte de la calidad en el sistema de salud tiene que ver con que en las unidades médicas existan los insumos necesarios y suficientes para atender a los pacientes, señaló por separado Pablo Kuri, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud. De ahí la decisión de esta área de realizar compras centralizadas de métodos anticonceptivos desde 2014, con lo que de manera progresiva ha mejorado el abasto en los estados.

Desde 2015 esta subsecretaría también adquiere el material y el equipo para la realización de pruebas clínicas de medición de glucosa capilar, hemoglobina glicosilada, perfil de lípidos y microalbuminuria. Esta última arroja información sobre el funcionamiento renal.

Ambas adquisiciones tendrían que ser efectuadas por los estados con base en la descentralización de los servicios de salud, pero la realidad es que hay carencias y necesidad de asegurar el abasto de anticonceptivos, sobre todo entre adolescentes, así como de mejorar el acceso de los afiliados del Seguro Popular a exámenes básicos para detectar padecimientos que ya representan la principal carga de enfermedad en el país, explicó el subsecretario.

En entrevista aseguró que esto influye en la calidad de los servicios. No se trata sólo de hablar de abasto en abstracto, se debe garantizar la provisión adecuada. En cuanto a las compras mediante licitación pública que se organizan en el nivel central de la Ssa, comentó que también se ha buscado que en los contratos se incluya la obligación de los proveedores de capacitar al personal en el manejo de equipos, demostrar su capacidad para evitar desabasto de los insumos, así como los mecanismos para que las empresas ganadoras de los contratos cumplan con los mismos.

Estos aspectos formarán parte del campo de acción de la nueva Comisión Federal para la Regulación y Vigilancia de los Establecimientos y Servicios de Atención Médica, cuya creación fue propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión el pasado abril.

La iniciativa podría ser analizada durante el periodo ordinario de sesiones que se inicia el 1º de septiembre. La nueva entidad se conformaría con los recursos humanos, físicos y económicos existentes en la Ssa, pues el proyecto plantea expresamente que no se asignará presupuesto adicional.