Aun cuando el delito de trata de personas en México continúa extendiéndose, no se le toma en serio y algunas fiscalías estatales son sólo de nombre, cuestionó la titular de la Fiscalía Especial para Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra), Ángela Quiroga Quiroga.

Es un delito peligroso, que atiende a grandes corporaciones e industrias a nivel internacional, que genera fuertes ganancias: desde la trata a nivel doméstico, donde una joven es puesta a trabajar por sus familiares en servicios sexuales, incluso para pagar una deuda, hasta las trasnacionales que traen chicas de Asia o Europa del este a México para llegar a Estados Unidos, dijo.

Durante el foro Reflexionemos sobre la trata México-Colombia-Estados Unidos, la diputada Julieta Fernández Márquez (PRI) expuso que ese delito va en aumento en el país y alertó que, de no combatirse, se duplicará cada año, no sólo en casos de explotación sexual, sino también laboral.

La fiscal explicó que la trata es difícil de combatir, no sólo porque las víctimas no denuncian, sino porque en México existe una estructura muy bien montada para trasladar a mujeres de Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Chiapas, Tamaulipas, Baja California, Chihuahua y Sonora hacia Estados Unidos, y desde la frontera sur a México.

Definió que la explotación de personas es un delito complejo porque forma parte de una estructura sociológica y económica. Explicó que mientras los asaltos, el robo a casas y de vehículos o el secuestro tienen como móvil único el económico, en el caso de la trata de personas existe un entorno social que sabe dónde y cómo se practica, pero no denuncia.

La explotación sexual tiene una importancia gravísima y fundamental: se comete ante los ojos y complicidad de muchísimas personas. A las mujeres se les engancha, engaña y retiene para cometer un delito con su cuerpo, y la gente que está a su alrededor lo sabe: los padres de ella, la vecina, la señora de la tortillería, y las personas que consumen esos servicios también, particularmente cuando son menores de edad y, sin embargo, no les importa; forman parte de la comisión del ilícito.

Frente a ese fenómeno, indicó, el sistema de investigación para combatirlo está debilitado, porque en algunos estados las fiscalías se integran por un solo agente del Ministerio Público, con frecuencia en rotación, no capacitado y sin personal.

Invitada al foro, la abogada colombiana Claudia Patricia Niño López sostuvo que la trata de personas es el tercer negocio más redituable a nivel mundial, después de la venta de armas y el tráfico de drogas.

Planteó que la persecución de la trata debe incluir a quienes contratan servicios sexuales. ¿Qué estamos haciendo con los clientes? Se requiere una reflexión muy profunda: si queremos atacar el negocio, también el origen, lo que lo provoca, dónde está la demanda, dijo.

Explicó que la trata de personas no es sólo con fines sexuales y relató que, en un viaje en el Metro de la ciudad de México, encontró dos menores de edad que pedían dinero mediante un mensaje escrito en un trozo de papel. Eso también es explotación, y para ustedes sería muy fácil poner a un agente que los siguiera para encontrar a quienes los mandan, indicó.