Río de Janeiro.

Comparten el mismo nombre y sus apellidos irán siempre asociados con el número 23: el nadador Michael Phelps se mostró orgulloso de que su figura se compare con la de Michael Jordan, el gran mito del baloncesto.

Jordan siempre fue una inspiración para mí a lo largo de mi carrera. Lo que hizo él por el baloncesto es lo que yo siempre quise hacer por la natación, dijo Phelps tras conquistar en los Juegos de Río su oro 23, ese número con el que jugó el seis veces campeón en la NBA.

Además, Air Jordan fue dos veces monarca olímpico con Estados Unidos, en Los Ángeles 1984 y en Barcelona 1992, donde fue uno de los líderes del legendario Dream Team.

El 23 es un número especial. Siempre lo fue y a partir de ahora lo será todavía más, señaló Phelps, quien salió de una piscina olímpica por última vez el sábado, pero está claro que no se alejará de un deporte que lo convirtió en un hombre de fama mundial.

En el horizonte de Phelps, aseguran medios estadunidenses, se encuentra la posibilidad de trabajar junto a su entrenador Bob Bowman en la academia de los Arizona State Sun Devils. Me estoy retirando, pero no he terminado con la natación. Es el comienzo de algo nuevo, fue la pista que dio el Tiburón de Baltimore la noche del sábado.

Allí, tal vez, pueda dar forma a los Phelps del futuro. Aunque Bowman duda de que tenga éxito en esa misión. Imposible. Phelps es alguien que aparece no en una, sino en 10 generaciones, estimó.

Todo esto comenzó con un pequeño sueño de un niño que trató de hacer algo que nadie más ha hecho nunca... Y resultó muy bien. Es la manera perfecta de terminar, declaró Phelps.

Al bajar esta noche del autobús hacia la piscina casi me puse a llorar. Fue el último calentamiento, la última vez que me puse un traje, la última vez que caminaba frente a miles de personas en representación de mi país. Es una locura, indicó el máximo ganador olímpico.