Es imprescindible que el Congreso discuta y ratifique el acuerdo al que México se adhirió en la 21 Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21), considera el Instituto Belisario Domínguez del Senado.

En un estudio, el organismo resaltó que se requiere también armonizar la legislación en la materia, elaborar reglamentos específicos para implementar el acuerdo, así como establecer mecanismos de seguimiento y evaluación de los avances hacia los objetivos propuestos en el COP21, ya que sólo de esa forma México podrá avanzar en los esfuerzos que realiza para mitigar el cambio climático.

En la investigación La XXI conferencia internacional sobre cambio climático (COP21) y sus implicaciones para México, el instituto considera necesario fortalecer las fuentes de financiamiento para atender el problema medioambiental. Unas, resalta, son diseñar medidas tributarias que lleven a un doble dividendo, disminuir el daño a la naturaleza y obtener una recaudación adicional.

Lo anterior, subraya, coadyuvaría a lograr el propósito del gravamen al carbono, incluido en la reforma hacendaria de 2013, en la que se fijó un impuesto a la enajenación e importación de combustibles fósiles de acuerdo con su contenido de carbono.

El instituto recomienda el cobro adecuado de tasas por acceso a las zonas naturales protegidas y el comercio de emisiones de carbono. Asimismo, apunta, sería relevante fortalecer el financiamiento mediante recursos de la cooperación internacional de los que México se ha beneficiado en el pasado.

Propone asimismo sugerir la elaboración de una agenda nacional de desarrollo sostenible que tenga como meta el replanteamiento del estilo de desarrollo nacional y la transformación de las instituciones necesarias para implementarlo.

En la investigación se señala que en el contexto de la COP21 se adoptó por primera vez un esquema donde los países presentaron compromisos de reducciones de gases de efecto invernadero (GEI), determinados voluntariamente por cada uno, contribuciones que se revisarán cada cinco años.

Según la proyección de la Semarnat, la tendencia actual de emisiones anuales se tendría que modificar paulatinamente para que alrededor de 2026 las anuales netas se conviertan en decrecientes y se pueda lograr el fin proyectado.

El estudio señala que se han documentado algunos efectos específicos asociados al posible aumento de la temperatura promedio de entre 2 y 4 grados centígrados para México, como aumento en la intensidad de los huracanes; asimismo, para 2030 se proyecta una reducción de 10 por ciento anual en la disponibilidad de agua.