Las personas de 15 a 29 años que padecen una adicción o algún trastorno mental, como depresión, ansiedad, desorden bipolar o esquizofrenia, son más vulnerables a efectuar intentos de suicidio, aseguró Ricardo Gallardo Contreras, jefe del servicio de siquiatría del Hospital Juárez de México.

Detalló que 15 por ciento de las personas que padecen depresión severa se suicidan y por cada dos hombres que consuman este hecho lo hace una mujer. El instrumento que más utilizan ellas es la sobredosis de medicamentos, mientras los hombres recurren al ahorcamiento y armas de fuego.

Además de las adicciones y enfermedades mentales sin diagnosticar, hay factores externos que pueden llevar al intento de suicidio, entre ellos el desencanto amoroso, problemas para socializar y antecedentes familiares de suicidio, dijo el especialista.

Subrayó que debe prestarse atención a los jóvenes y escucharlos sin juzgarlos, sobre todo si llegan a presentar algún cambio de conducta; y se debe buscar atención médica a la brevedad si hablan de heredar sus posesiones, escriben cartas de despedida o se aíslan del entorno de manera repentina.

En tanto, la siquiatra especializada en menores Wendy Oralia López Martínez, en entrevista, resaltó la importancia de estar conscientes de los trastornos mentales, como la depresión y ansiedad en adolescentes, pues en ocasiones pueden confundirse con comportamientos transitorios; sin embargo, es una patología que hay que tratar y darle seguimiento.

Señaló que la presencia de estos cuadros emocionales son multicausales, provocados desde el entorno donde el adolescente o el menor viva, el grado de estrés que pueda tener, así como su personalidad.

López Martínez indicó que hay cambios radicales que pueden manifestarse como focos rojos para brindarle atención. Quizás era una persona a la que le gustaban mucho los dulces, el chocolate o comía bien y de repente hay una disminución en su apetito, baja de peso o, al contrario, aumenta mucho la ingesta de alimentos, sube de peso, deja de dormir o duerme mucho, o simplemente se aísla, se le olvidan las cosas que disminuya su concentración, que se sienta con ideas catastróficas de que todo va a salir mal.

Sobre todo si estos estados emocionales le impiden seguir con sus actividades en el hogar o la escuela, y si se presentan y duran más de dos semanas o un mes, son síntoma de que requiere atención médica o sicológica.

Lo más importante –subrayó– es la prevención, conocer estos puntos que pueden presentar los adolescentes y saber qué hacer.

Aseveró que también el uso de las redes sociales provoca estímulos que se relacionan con los trastornos mentales que se dan en niños y adolescentes.

Facebook y Twitter, consideró, son plataformas en las cuales los adolescentes pueden presentarse en lo que parece una sociedad alterna. Al mostrarme tengo los mismos riesgos que cuando lo hago en una sociedad física, sería el supuesto.

En el ambiente cibernético también puedo ser agredida, pueden criticar una foto mía o no sentir aceptación al momento de que los seguidores en su red no comentan o dan likes a una publicación del adolescente, lo que puede afectar su salud emocional.