Amnistía Internacional (AI) consideró la liberación de Ildefonso Zamora Baldomero un triunfo para la justicia y los derechos humanos, e hizo un llamado a las autoridades para detener cualquier otro intento de hostigamiento contra el activista ambiental o su familia.

El activismo contra la tala ilegal no es un crimen. En lugar de perseguir ambientalistas por su trabajo pacífico, las autoridades mexicanas deberían asegurarse de que pueden llevar a cabo su tarea legítima sin el temor de represalias, dijo ayer Carlos Zazueta, investigador de AI en México.

Afirmó que la historia de Zamora Baldomero es una ilustración trágica de lo que significa ser un defensor de derechos humanos en México hoy día, donde hablar contra los abusos a esos derechos puede llevarte a la cárcel.

AI consideró que el arresto del defensor ambientalistas es parte de una serie de amenazas y hostigamiento en relación con su campaña contra la tala ambiental. En 2007, su hijo Aldo fue asesinado y su hijo Misael fue herido en un ataque que no ha sido completamente investigado.

Zamora Baldomero, originario del poblado de San Juan Atzingo, municipio mexiquense de Ocuilán, fue liberado el viernes por la noche tras casi 10 meses en prisión, acusado de robo a casa habitación, con el agravante de violencia y resistencia a la autoridad.