En un año el número de trabajadores que se ocupa en el sector informal de la economía –es decir, sin acceso a ninguno de los beneficios de la seguridad social– se incrementó en más de 300 mil personas, revelan cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Académicos de la Universidad Iberoamericana y del Tecnológico de Monterrey señalaron que lo anterior refleja tanto el fracaso de los programas destinados a disminuir el número de trabajadores que se encuentran en esa situación como de las reformas estructurales, que para lo único que han servido, dijeron, es para que haya más concentración del ingreso y una mayor precarización laboral.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe) correspondiente al segundo trimestre del año, 29 millones 412 mil 185 mexicanos laboraban en el sector informal, cifra superior en 312 mil 355 personas que la registrada en el mismo lapso de 2015, la cual fue de 29 millones 99 mil 830 trabajadores.

La proporción de mexicanos que labora en el sector informal representó 57.2 por ciento del total de la población ocupada, la cual ascendió a 51 millones 433 mil 590 personas.

Dicha porción se ha mantenido prácticamente sin cambio, por lo menos en una década, con todo y programas aplicados por el gobierno federal, como el denominado Crezcamos Juntos lanzado en 2014, destacó la directora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, María Fonseca Paredes.

Con reformas estructurales que nada más se anuncian pero se articulan tarde y mal sí hay generación de empleos pero no de calidad. El ciudadano de a pie ve más ventajas inmediatas de seguir en la informalidad que de incorporarse al mercado formal y por el exceso de oferta de trabajo algunos empleadores abusan al contratar con salarios bajos y precariedad laboral, comentó la especialista.

Los datos de la Enoe correspondientes al trimestre abril-junio de este año señalan que el número de mexicanos sin empleo disminuyó en un año, pues de las 53.5 millones de personas que conformaron la población económicamente activa (PEA) apenas 2.1 millones (3.9 por ciento) se encontraban sin trabajo, mientras el año pasado había 2.2 millones de personas sin empleo (una tasa de desocupación de 4.3 por ciento).

Sin embargo, desde los años 80, con la entrada del neoliberalismo, se disparó el fenómeno de la precarización laboral con el cual los trabajadores no sólo han ido perdiendo los beneficios de la seguridad social, sino que se han incrementado las horas de labor y los contratos se han flexibilizado, con lo que los trabajadores pueden ser despedidos en cualquier momento, dijo el director del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Miguel Santiago Reyes.

Nunca se relaciona la pobreza con los salarios y están intrísecamente relacionados. Más de 50 por ciento de la población que se encuentra en la pobreza está compuesta por trabajadores informales, sin seguridad social. Nadie se ocupa de que tenemos que resolver el problema de la pobreza por la vía de mejores salarios, no solamente mediante transferencias o asistencialismo, opinó.

Las cifras del Inegi, difundidas este viernes, señalan que la población subocupada –entendida ésta como la necesidad de trabajar más tiempo, lo que se traduce en la búsqueda de una ocupación complementaria o de un nuevo trabajo con mayor horario– llegó a 4.1 millones de personas en el trimestre abril-junio de 2016, tasa de 7.9 por ciento respecto de la población ocupada, y una proporción menor a la de igual periodo de un año antes, que fue de 8.3 por ciento.