Sábado 13 de agosto de 2016, p. 7
Río de Janeiro. Kim Song Guk, de Corea del Norte, se acercó el pasado miércoles a su rival, el sudcoreano Jin Jongoh, y estrechó su mano después de que éste ganara su tercera presea dorada olímpica en pistola varonil en en 50 metros. Kim, quien se colgó el bronce, declaró: Si nosotros (las dos Corea) nos convirtiéramos en una, las medallas ganadas tendrían más valor. Si nos unificamos, el primer y tercer lugar pertenecerían a una sola Corea
. Su gesto llamó la atención y revela que el gobierno de Piongyang concede mayor libertad a sus atletas en un intento por mejorar su imagen.