Uso de computadoras y dispositivos lo agravan: oftalmólogos
Viernes 12 de agosto de 2016, p. 34
Las lágrimas son la sangre de la córnea. Su composición es mucho más compleja de lo que se puede pensar
y su utilidad para la visión es fundamental, explicaron ayer especialistas oftalmólogos.
Detallaron que cuando no se secretan de manera óptima ocasionan el síndrome de ojo seco, padecimiento presente en 57 por ciento de la población mexicana.
El uso de dispositivos digitales y la contaminación han incrementado ese mal, señaló en conferencia de prensa Concepción Santacruz Valdés, del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana. Advirtió que es común que los pacientes se automediquen, lo cual puede empeorar severamente la situación.
El síndrome de ojo seco es un desorden en la película lagrimal, la cual se compone por tres capas líquidas que recubren la córnea. Quienes lo padecen pueden tener dificultades para ver, lo que afecta su calidad de vida
. En algunos casos el problema es la deficiencia de lágrimas; en otros, éstas se evaporan muy rápido, comentó el experto.
Los síntomas son ardor, comezón, enrojecimiento e incluso lagrimeo. Las mujeres son más propensas a desarrollar esa condición, la cual también es ocasionada por la edad, enfermedades como diabetes o artritis, cambios hormonales y medicamentos antidepresivos.
Las cirugías para corregir la vista y el uso de lentes de contacto también lo originan. La prevalencia en México es más alta que en Estados Unidos, Japón o España. Los únicos capacitados para diagnosticarlo son los oftalmólogos
, enfatizó.
Las pruebas que utilizan los especialistas son teñir la lágrima y medir el ritmo del parpadeo.
Mantener la atención en la pantalla de la computadora o en los celulares ha provocado que el pestañeo disminuya, apuntó Fernando Pellegrino, de la Sociedad Argentina de Oftalmología. Explicó que cuando las personas están concentradas en una actividad, el cerebro manda una señal para mantener los ojos abiertos, las lágrimas se evaporan y entonces emite una indicación de emergencia para producirlas. Sin embargo, por la premura, las que brotan son de mala calidad
.
Las lágrimas protegen el ojo y lo oxigenan, deben tener la consistencia para aguantar la fricción del parpadeo y ser claras para dejar ver. No todas las gotas para sustituirlas logran esas características, por ello es importante acudir con un especialista.