Son muchas medallas, es insano, comentó el atleta a su entrenador
Jueves 11 de agosto de 2016, p. 4
Río de Janeiro.
Hace dos años, en una celda de la comisaría de Baltimore, Michael Phelps decidió que necesitaba cambiar de vida.
La noche del 29 de septiembre de 2014 el nadador fue arrestado por conducir en estado de ebriedad, en lo que era el reflejo de la vida que había adoptado después de su retiro prematuro luego de Londres 2012.
En la prisión alguien le dijo que necesitaba cambiar, volver a enfocar sus prioridades
. Al salir de allí, el multimedallista olímpico enmendó el camino. Se alejó de lo que él mismo definió como amigos tóxicos
, se comprometió con Nicole Johnson, hizo las paces con su padre y después se sintió realizado con el nacimiento de su hijo Boomer, hace tres meses.
Fue la transformación del Phelps inmaduro en el actual padre de familia, quien dedica sus medallas a Nicole, a Boomer y a su madre, Deborah, en las tribunas. Ese, dice, es el aplauso que más le importa, que más siente.
Me estoy divirtiendo de nuevo, disfruto lo que estoy haciendo. Tengo la cabeza clara dentro y fuera de la piscina. Creo que podré terminar mi carrera de la manera que quería
, indicó.
Sin embargo, el camino había sido cuesta arriba. De aquellos momentos oscuros de su historia destaca el arresto por manejar ebrio en 2004, dos meses después de regresar de los juegos de Atenas con seis medallas de oro y dos de bronce.
A comienzos de 2009, meses después de sus ocho metales dorados en Pekín-2008 y ser declarado el nadador más laureado en la historia olímpica, se vio obligado a admitir un comportamiento, tras la publicación de una foto en la que aparecía utilizando un bong (pipa de agua), aparato utilizado para fumar mariguana.
No fue procesado por falta de pruebas, pero la Federación Estadunidense de Natación lo suspendió tres meses y anunciantes como Kellogg’s le retiraron su auspicio publicitario.
Después vino su segundo tropezón con la bebida, que pagó además con una suspensión que lo privó de competir en el Mundial de 2015, lo que retrasó su preparación rumbo a Río.
Pero dicen que los golpes enseñan y Phelps considera haber recibido bastantes y tener aprendida la lección. Ahora es el deportista más laureado de la historia con 25 medallas, 21 de ellas doradas, que obtuvo de la mano de Bob Bowman, su entrenador desde los 11 años, otro padre para él.
Le comentaba a Bob la otra noche y creo que una de las cosas que más vueltas me da en la cabeza es que son muchas medallas; hemos conseguido muchas, es insano. Me impresiona pensar cuando comenzamos, las cosas que hemos hecho juntos
, expresó la leyenda del Olimpo deportivo, quien ahora tiene el retiro que quería, el que le quiere contar a Boomer cuando crezca.