La rebelión republicana contra su candidato hace pensar que esta contienda se acabó
Encuestas indican que el magnate va de mal en peor; la demócrata ya aventaja hasta 10 puntos
Miércoles 10 de agosto de 2016, p. 27
Nueva York.
La rebelión dentro del Partido Republicano contra su abanderado, Donald Trump, ha llegado a tal nivel que algunos expertos concluyen que esta contienda ya se acabó, después de que una prominente senadora se sumó a la creciente lista de legisladores, ex altos funcionarios y otras figuras republicanas destacadas que han declarado que no votarán por el multimillonario.
Y por si eso no fuera suficiente, hoy Trump pareció insinuar ante sus fanáticos que tal vez una manera de frenar a su contrincante demócrata sería que alguien usara el derecho a las armas.
Susan Collins, veterana senadora republicana por Maine, publicó un artículo en el Washington Post en el que anuncia su decisión de no votar por Trump. Esta no es una decisión tomada a la ligera, porque soy republicana de toda la vida
, escribió. Indicó que ha crecido su consternación por su constante flujo de comentarios crueles y su incapacidad de admitir un error o disculparse
, y por provocar mayor división racial y cultural (por ejemplo recordó los ataques contra el juez federal Gonzalo Curiel, nacido en Estados Unidos de padres mexicanos, a quien Trump acusó de no poder ser imparcial por su herencia mexicana
). Collins indicó que Trump en la presidencia haría más peligroso este mundo y concluyó que no es digno de ser nuestro presidente
.
Ella es la sexta del total de 54 senadores republicanos que han afirmado su oposición al candidato presidencial, y se espera que ese número se incremente. Después de que un elenco destacado de medio centenar de ex funcionarios de política exterior y seguridad nacional declararon que el candidato representa una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos
, hoy dos ex encargados de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) durante presidencias republicanas no sólo criticaron que Trump no respete la ciencia y amenace con destruir el legado de respeto por el medio ambiente y la protección de la salud pública
, sino que anunciaron que votarán por la candidata demócrata Hillary Clinton.
Por más de una semana esta rebelión se ha intensificado después de una serie de exabruptos de Trump que dañaron el índice de apoyo a su campaña y generaron un repudio bipartidista a sus declaraciones racistas y contra los padres musulmanes inmigrantes de un soldado estadunidense que murió en la guerra de Irak.
Trump intentó cambiar el tema y reposicionarse esta semana, pero hoy arrojó más gasolina al fuego. En un acto de campaña en Carolina del Norte esta tarde, advirtió a sus seguidores que Hillary Clinton nombraría jueces liberales en la Suprema Corte si gana la presidencia: “Hillary quiere abolir, esencialmente abolir, la Segunda Enmienda. Por cierto, si ella logra nombrar jueces, no hay nada que pudieran hacer. Pero la gente de la Segunda Enmienda, tal vez sí pueda… no sé”.
La Segunda Enmienda de la Constitución aborda el derecho ciudadano a las armas, y lo que aparentemente estaba sugiriendo Trump era que sí había algo que los que defienden el derecho a las armas podrían hacer para frenar a su contrincante; muchos interpretaron eso como una invitación a usar la violencia en su contra. La campaña de Trump de inmediato rechazó esta interpretación e insistió en que el candidato se refería sólo a la movilización política de los que promueven los derechos a tener armas. Pero otros no estaban tan seguros.
Robby Mook, jefe de campaña de Clinton, comentó: lo que Trump dice es peligroso. Una persona que busca ser presidente de Estados Unidos no debería invocar la violencia de ninguna manera
. Otros debatían si Trump estaba hablando de nuevo con su estilo descuidado de siempre, o si de verdad acababa de sugerir lo impensable
.
Algunos legisladores demócratas acusaron a Trump de invitar a actos violentos a gente que odia a Clinton, mientras otro sugirió que el Servicio Secreto investigara lo que parecía ser una amenaza de muerte.
Mientras tanto, aunque crece el número de figuras republicanas que repudian abiertamente al candidato, Trump usa las críticas en su contra como prueba de que sigue siendo un insurgente. En respuesta a las denuncias de estas figuras políticas de su partido, declaró vía Twitter: estoy haciendo campaña contra los de adentro en Washington, igual que lo hice en las primarias. Esta es la gente que ha hecho de este país un desastre
.
Pero las encuestas registran que, por ahora, Trump va de mal en peor, y que este mensaje ya no funciona tan bien como antes. Los sondeos más recientes indican que Clinton, por primera vez, mantiene una ventaja de entre siete y 10 puntos.
Hoy, el modelo Upshot de pronósticos electorales del New York Times, basado en las más recientes encuestas nacionales y estatales, le otorga a Clinton 86 por ciento de probabilidad de ganar la elección presidencial.
Algunos ya están seguros de que esto se acabó. El analista político Stuart Rothenberg, director del Rothenberg Political Report, escribió hoy en el Washington Post que en tres meses, con la elección presidencial de 2016 en el espejo retrovisor, veremos hacia atrás y estaremos de acuerdo en que la elección presidencial se acabó el 9 de agosto
.
Frente a todo esto, ya hay especulaciones sobre si Trump se retirará de la contienda antes de la elección, y algunos dudan si se presentará a los tres debates presidenciales programados para este otoño.
También persiste la preocupación de que algo pudiera cambiar toda esta dinámica, por ejemplo más revelaciones de documentos como los divulgados por Wikileaks, algún atentado terrorista
u otras sorpresas que podrían afectar a una candidata tan políticamente vulnerable como Clinton.
Para mayor información sobre la campaña presidencial en Estados Unidos, consultar blog www.jornada.unam.mx/ultimas/elecciones-presidenciales-de-estados-unidos/