Al encabezar ayer la reapertura del renovado Papalote Museo del Niño, ubicado en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, anunció la creación de un segundo recinto mediante ese concepto en Iztapalapa, con la finalidad de que llegue a todos los niños de toda la ciudad.

Para ver qué hacemos con la parte oriente de la ciudad, Mancera dijo: Nos hemos dado a la tarea de platicar con la dirección de Papaplote Museo del Niño, su consejo y representantes de empresas, presentes en el acto.

La decisión se tomó con base en lo logrado en el recinto de Chapultepec, donde tenemos ya cinco hábitats de la ciudad perfectamente representados y un edificio sustentable que, con el nuevo diseño (a cargo del despacho Legorreta + Legorreta), dejará ahorros significativos de 25 por ciento en consumo de energía y 90 por ciento en el de agua.

Entrevistada después de concluir ese acto, Dolores Béistegui, directora de Papalote Museo del Niño, explicó que el año pasado se efectuó un concurso abierto a todos los despachos arquitectónicos del país para elegir el proyecto final.

Se recibieron más de 800 propuestas, de las que fueron seleccionadas 172, después siete, hasta llegar al proyecto ganador, que fue presentado en forma conjunta por dos despachos: SPRB Arquitectos, de Guadalajara, y MX_SI, con sede en Barcelona. Actualmente desarrollan el anteproyecto y falta hacer la licitación pública para la construcción.

Proyecto luminoso y amigable

Mauricio Amodio Herrera, presidente del consejo directivo de Papalote Museo del Niño, calculó empezar la obra en Iztapalapa en tres meses y el nuevo recinto estaría listo en noviembre de 2017.

Tendría un presupuesto parecido al de Chapultepec, que requirió una inversión de 659 millones de pesos, cifra de la que el gobierno de la CDMX aportó 378 millones de pesos. El resto proviene de una campaña de recaudación de fondos.

Béistegui apuntó que “el terreno y la obra son aportados por la Ciudad de México; todos los contenidos y después la operación son iniciativa privada.

“Obviamente el proyecto es diferente porque la ubicación lo es, aunque son 20 mil metros de construcción. Estaremos arriba de un Centro de Transferencia Multimodal (Cetram), en Ermita-Iztapalapa y Constitución de 1917.

La naturaleza estará muy presente; borramos las fronteras entre espacios interiores y exteriores, muy luminosos y trabes de una altura impresionante.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México recordó que la renovación de Papalote Museo del Niño se inscribe en el rescate integral de toda la segunda sección del Bosque de Chapultepec, del que no podía quedar fuera, ya que es uno de los sitios de alta concentración e importantísima convocatoria.

La cifra de inversión aportada por el gobierno capitalino se debió a la necesidad de renovar todas las estructuras para que el proyecto se vuelva, añadió el gobernante, más luminoso, más amigable, mucho más visitable de lo que era antes.

Papalote Museo del Niño suele recibir 5 mil visitantes al día.

A un costado de ese recinto se hace la restauración de la fuente El mito del agua, que “calculamos esté terminada para mediados de septiembre, con el skate park a la entrada de avenida Constituyentes, que estará listo para finales de agosto”.

Papalote Museo del Niño cuenta con 95 exhibiciones nuevas, de las 108 existentes que se desarrollan en seis zonas temáticas: El viaje inicia, Mi cuerpo, México vivo, Mi hogar y mi familia, Mi ciudad y Laboratorio de ideas. Mancera hizo hincapié en la posibilidad de construir la ciudad desde este espacio.

Dolores Béistegui recordó que toco, juego y aprendo es el lema del recinto desde que se fundó en 1993. Sustenta esta nueva etapa en su quehacer, pues es un museo pensado y diseñado para que los niños, junto con sus familias y maestros, descubran lo divertido que es aprender, lo increíble que es jugar en un espacio seguro y amigable.

Reconoció a Cecilia Occeli, allí presente, como visionaria en inspirar este proyecto.

Según Mauricio Amodio Herrera, el edificio icónico de Ricardo Legorreta ha crecido casi 60 por ciento.

Ahora “cuenta con instalaciones más cómodas para que los visitantes vivan una experiencia de gran calidad, un jardín extraordinario –se enriqueció con más de 20 mil plantas–, soluciones integrales para aprovechar con responsabilidad los recursos naturales y tener el mejor impacto ambiental posible”.