En los tres años recientes las fuerzas federales –Ejército, Marina y Policía Federal– han desarticulado 51 organizaciones o células delictivas que operaban para los grandes cárteles de la droga que actúan en México, señalan reportes de la Procuraduría General de la República (PGR) tras la captura de 100 de los 122 narcotraficantes más buscados.

Entre los datos más significativos se menciona que el cártel de los hermanos Arellano Félix ha perdido seis de sus brazos armados y operativos; el de Sinaloa, que encabeza Ismael El Mayo Zambada García en coordinación con los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, se ha quedado sin cuatro de sus células.

Mientras, los cárteles del Golfo y Los Zetas han sufrido recomposiciones internas y han incrementado sus células operativas de sicariato.

La actual administración federal dio inicio con un listado de 122 objetivos prioritarios, que significan el mismo número de narcotraficantes que se busca detener; sin embargo, nunca se han dado a conocer sus nombres, pues la información ha sido clasificada por el gobierno federal como confidencial, por ser supuestamente datos considerados de impacto para la seguridad nacional.

Cada vez que un delincuente que es señalado por el gobierno federal de importante dentro de alguna estructura delictiva, se menciona que formaba parte del listado de objetivos prioritarios, y en ese contexto ya se han contabilizado 100 detenidos de los 122 iniciales.

Entre los más destacados que han sido detenidos se encuentran El Chapo Guzmán, Héctor Beltrán Leyva, Vicente Carrillo Fuentes y Servando Gómez Martínez, La Tuta.

Así, la lista ha crecido según los reportes oficiales, y en mayo pasado el titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Renato Sales Heredia, informó de la aprehensión de Inés Enrique Torres Acosta, señalado de ser el responsable de coordinar la producción, acopio, transportación y comercialización de mariguana, metanfetaminas, cocaína y heroína hacia Estados Unidos para el cártel de Sinaloa.

A esa lista se suman las detenciones de Iván Cazarín Molina, segundo al mando del cártel Jalisco Nueva generación (CJNG); Alejandro Castro Alfonso, El Picoreta, uno de los líderes regionales de Los Zetas; Arturo Vázquez Terrazas, El Cachorro, operador del cártel de Juárez; Francisco Javier Hernández García, líder del cártel de los Beltrán Leyva en Sonora.

Según funcionarios federales que participan en el gabinete de seguridad nacional, las aprehensiones de los infractores prioritarios ha traído como consecuencia la reducción de las células delictivas vinculadas a grandes organizaciones.

En ese contexto, la información oficial refiere que mientras en 2013 el cártel de Los Zetas operaba en seis entidades y contaba con tres células, sus grupos efectivos se han incrementado y ahora cuenta con: Grupo Operativo Los Zetas, Grupo Operativo Zetas, Fuerzas Especiales, Sangre Zeta, El Círculo y el Extranjero, Néctar Lima y Grupo Delta Zetas.

El cártel del Pacífico perdió, según los informes oficiales, las células identificadas como La Barredora, El Comando del Diablo, a Jalisco Nueva generación (que se convirtió en una organización independiente), el grupo de El 28 y otra organización identificada como Los Matazetas.

El cártel del Golfo, aunque redujo su número de células de 16 a siete, se consideraba una organización desarticulada en 2015, pero en la actualidad opera con grupos identificados como Los Metros, Los Rojos, Grupo Dragones, Los Freitas, Ciclones, Los Pelones y Los Talibanes.

Otra organización que se consideraba desarticulada tras la detención de Servando Gómez Martínez era Los Caballeros Templarios, pero información de la PGR refiere que este cártel opera con la célula de Los Tena, encabezada por Fernando Cruz Mendoza, y el grupo de Homero González Rodríguez, El Gallo.

Asimismo, se mantiene con presencia en Morelos, Guerrero y estado de México, a través de grupos identificados como La Nueva Empresa y La Empresa.