Las delegaciones de Israel y Líbano se enfrascaron en una discusión por el acceso a un autobús para la ceremonia inaugural de los juegos. Ambas admitieron que el jefe de la delegación libanesa impidió el acceso al camión de los israelíes, aunque hubo explicaciones contradictorias. Israel lo consideró un acto hostil y el entrenador de vela, Udi Gal, dijo que les impidieron abordar el autobús por motivos políticos. En cambio, el encargado de la delegación de Líbano, Salim Haj Nicola, dijo que tenía derecho a evitar que los atletas de otro país subieran a un autobús reservado para ellos.