Si bien es un gran paso que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) permita a las embarazadas transferir parte de su periodo de incapacidad prenatal al posnatal, es necesario reformar el marco jurídico del organismo para no dejar a criterio de las empresas el pago de ese periodo, señaló ayer el subsecretario de Previsión Social, José Adán Ignacio Rubí.

El funcionario de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) exhortó a las autoridades a realizar los ajustes legales para proteger a las madres trabajadoras, pues ello ayudará a que puedan amamantar a sus hijos, afirmó en la presentación de la guía Lactancia materna en el lugar de trabajo, elaborada por el IMSS y el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef, por sus siglas en inglés) en México.

Para que la derechohabiente goce de esa prestación económica debe haber cotizado mínimo 30 semanas. Ese requisito, con absoluto respeto, constituye sin lugar a dudas un elemento abiertamente discriminatorio, consideró.

Isabel Crowley, representante en México de Unicef, festejó el aumento en el porcentaje de lactancia, que pasó de 14 a 30 por ciento. Pero añadió: aún no podemos echar las campanas al vuelo, pues queda lejos de la media en América Latina, que es de 37 por ciento.

Prejuicios sociales

La leche materna reduce cinco veces la muerte infantil e inhibe hasta 35 por ciento las enfermedades en el primer año de vida, con lo que el ausentismo laboral de los padres por tener que cuidar a los pequeños también disminuye, apuntó. Es el mejor regalo para la vida; sin embargo, muchas madres no quieren amamantar debido a los prejuicios en la sociedad mexicana, lamentó.

La falta de espacios higiénicos, privados y cómodos en los lugares de trabajo también frenan la lactancia materna, sostuvo. Por ello, en alianza con la Asociación Mexicana en Directrices de Recursos Humanos (Amedirh), distribuirán la guía en 2 mil 500 empresas. En ella explicarán los beneficios de apoyar a las madres y las características que debe tener un lactario.