La Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México informó que la necropsia y análisis que se practicó al cuerpo de la colombiana Stephanie Magón Ramírez, encontrada sin vida en la calle Miami, colonia Nápoles, el pasado sábado, determinaron que las lesiones que presentaba fueron a consecuencia de una precipitación.

Según el reporte de la dependencia, el dictamen de criminalística arrojó que no hay evidencia de huellas de lucha, defensa, forcejeo o sometimiento al que se hubiera obligado a la joven de 23 años.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Édgar Elías Azar, señaló el martes pasado que los golpes le fueron proferidos; sin embargo, ayer, el órgano judicial aclaró que la conclusión del médico practicante fue: el fallecimiento ocurrió por diversas alteraciones viscerales y tisulares causadas en los órganos interesados por (el) conjunto de traumatismos, que se clasificaron de mortales, que pudieron provocarse por una caída, así como la fractura de mandíbula.

No obstante, la Fiscalía de Homicidios ha realizado más de diez entrevistas y diversas diligencias, y fue cateado el cuarto de azotea del edificio de Miami 20, donde, se corroboró, vivía Stephanie. Esto último, junto con personal de la embajada de Colombia en México.