Como un joven de mirada perdida y continuos espasmos, despojado de toda realeza, con timidez desquiciada, similar a la de un joven contemporáneo, es como se reseña la figura del príncipe de Dinamarca en la versión del director italiano Andrea Baracco, de la célebre obra Hamlet, de William Shakespeare, que se presentará en dos únicas funciones en el teatro del Palacio de Bellas Artes.

De acuerdo con ese creador escénico, en esta propuesta los contenidos audiovisuales, proyectados en tiempo real y con los que los personajes mantienen continua interacción, junto con la escenografía, las luces y el vestuario, son elementos dramáticos con presencia destacada en este montaje.

“Nuestro Hamlet no es un personaje intelectual, que reflexiona sobre sí mismo, sobre los demás, sobre el primero y último significado de la existencia, que lo sabe todo, porque sobre todo ha tenido tiempo para reflexionar, sino que es un Hamlet maltratado, que no tiene aspecto agradable y no está bendecido por la gracia.

“Nuestro Hamlet lleva consigo los signos del extravío, el suyo y el de toda una comunidad. Se mueve tropezando sobre sus propios pasos tambaleantes, en desequilibrio perpetuo.

Ha cometido y sigue cometiendo errores tanto física como intelectualmente. Es el hombre de hoy, frágil y comprometido, que está constantemente tropezando y cayendo en las trampas que alguien, antes que él, depositó estratégicamente en el suelo, escribió Baracco para el programa de mano.

Mediante videoconferencia, el director de la puesta en escena comentó: La idea es enfrentar y profundizar en el personaje principal de ese texto clásico y para sacarlo del lugar común, mostrarlo no como un superhéroe romántico, sino como un hombre que toma decisiones, lleno de dudas, que hasta cómico puede llegar a ser y atraviesa por problemas que evidencian sus fragilidades.

El Hamlet de Andrea Baracco es un personaje con sombras, no es un intelectual o filósofo, sino alguien que cuestiona las afirmaciones de su padre y sin embargo debe tomar una decisión; se vuelve complejo y perplejo, cuyas acciones no son simplesFoto Guillermo Casas/ cortesía INBA

La obra narra los acontecimientos posteriores al asesinato del rey, a manos de su hermano Claudio, y exhibe cómo su fantasma pide al hijo que se vengue de su asesino.

Es una propuesta, explicó Baracco, en la que se reflexiona a partir de si debe perpetrar esa venganza. Hamlet aquí es un personaje con sombras, no es un intelectual o filósofo, sino alguien que cuestiona las afirmaciones de su padre y sin embargo debe tomar una decisión; se vuelve complejo y perplejo cuyas acciones no son simples.

El resultado es un Hamlet que se aleja de la imagen del príncipe ajeno a la realidad, para mostrar, mediante un personaje desgarbado y torpe, su lado más humano.

Qué hay detrás de la máscara

Para Baracco, el problema de Hamlet es la búsqueda de la verdad, saber qué hay detrás de la máscara y esa exploración escénica se traduce en los ámbitos personal y político contemporáneo.

En esa obra actúan Lino Musella, Eva Cambiale, Paolo Mazzarelli, Michele Sinisi, Andrea Trapani, Woody Neri, Livia Castiglioni y Gabriela Lavia.

La puesta en escena es un proyecto de Andrea Baracco, Biancofango, Luca Brinchi y Roberta Zanardo (Santasangre), con dramaturgia de Francesca Macrì.

Hamlet, con dirección de Baracco, se suma a los actos de la iniciativa mundial Shakespeare Lives y se inscribe en la conmemoración del dramaturgo inglés por su cuarto centenario luctuoso.

Las funciones serán este viernes 5 y el sábado 6 a las 20 y 19 horas, respectivamente, en el teatro del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico).