l gobierno de Rubén Moreira Valdez ha hecho saber que no hay nada por lo cual perseguir judicialmente al anterior gobierno del estado, que encabezó su hermano, Humberto Moreira Valdez. Según ha dicho el subprocurador de Justicia de aquella entidad, Norberto Ontiveros Leza, no aparece ninguna transacción del gobierno del estado con un particular o una tercera persona. Tampoco hubo menoscabo patrimonial, de acuerdo con las indagatorias, como son los peritajes contables (...) No tenemos ningún medio de prueba que acredite el desvío de recursos. Hay averiguaciones abiertas y otras que concluyeron; en ninguna se establece desvío.

Rechinante de limpio en el fuero fraterno, el Moreira que estuvo al mando en Coahuila, de diciembre de 2005 a enero de 2011, ha sido acusado en la Procuraduría General de la República, por senadores panistas, de los delitos de enriquecimiento ilícito, peculado, encubrimiento, cohecho, fraude y lo que en términos populares se llama lavado de dinero. Además, tanto él como su hermano Rubén han sido mencionados en diligencias judiciales en Estados Unidos que involucran a algunos de sus colaboradores como receptores de dinero del crimen organizado. En el caso del actual gobernador, esos declarantes llegaron a asegurar que le habían entregado una camioneta cargada de maletas con billetes.

El largo dominio de los Moreira (Humberto fue presidente municipal de Saltillo y luego gobernador; Rubén es gobernador, y Álvaro explora la posibilidad de buscar la presidencia saltillense el año entrante), la abatida seguridad pública (con un evidente predominio de los grupos del crimen organizado), los abundantes indicios de corrupción en todos los niveles y la enorme deuda estatal contratada en términos ilegales por el primer Moreira (durante el sexenio para el cual fue electo, la deuda estatal pasó de 323 a 36 mil 509 millones de pesos) serán puntos centrales de las campañas electorales de 2017, cuando deberán elegirse gobernador, diputados locales y presidentes municipales.

Hasta ahora (entre otras cosas, gracias al despilfarro clientelar del dinero público proveniente de los endeudamientos de escándalo) los Moreira han podido tener a raya al panismo. Ni siquiera los pudo vencer Felipe Calderón Hinojosa cuando habitaba en Los Pinos y apoyó abiertamente a su compadre Guillermo Anaya Llamas como candidato a gobernador frente a Rubén Moreira. Ahora, Anaya Llamas parece encaminado nuevamente a ser candidato a gobernador, seguido de muy lejos por el empresario Isidro López Villarreal, actual presidente de Saltillo.

Por el flanco priísta, quien aparece con más fuerza es el actual presidente municipal de Torreón, Miguel Ángel Riquelme Solís, quien ha sido diputado local y federal y ocupó cargos en el gabinete de Rubén Moreira, incluso la Secretaría General de Gobierno. Centrada siempre la contienda entre PRI y PAN, los demás partidos apenas cuentan, si acaso, para alianzas. En ese contexto, es probable que el de la Revolución Democrática acabe aliándose con Acción Nacional, con el argumento de combatir más eficazmente al PRI.

La novedad de la temporada es que Andrés Manuel López Obrador dio a conocer como promotor de la soberanía nacional (PSN) en Coahuila al empresario minero y taurino Armando Guadiana Tijerina, quien ha sostenido una cerrada confrontación con los hermanos Moreira. Tal designación ha significado, en todos los casos similares, la virtual candidatura a gobernador que en razón de los tiempos legales no puede asumirse formalmente. Guadiana Tijerina es un personaje polémico. Fue priísta durante 43 años y con ese carácter llegó a ser diputado federal. En 2011 se inconformó por la llegada de Humberto Moreira Valdez a la presidencia nacional del PRI y por las maniobras realizadas para instalar al hermano Rubén como candidato a la sucesión dinástica (con un interinato a cargo de Jorge Torres, para que la transferencia de poder no fuera abiertamente entre hermanos). Además, formó una asociación para exigir castigo por la megadeuda del primer Moreira. Criador de ganado bravo y organizador de corridas de toros, ha participado en la defensa legal contra la prohibición de la llamada fiesta brava, que a iniciativa de Rubén Moreira aprobó el Congreso de Coahuila (fue el tercer estado del país que prohibió esas corridas).

Al volátil escenario electoral coahuilense debe agregarse que ayer se aprobaron reformas que, además de impulsar la paridad de género, reducen el número de firmas necesarias para presentar candidaturas independientes a cargos públicos, de tal manera que se prevé la pulverización del voto opositor. Ahora sólo se necesitará 1.5 por ciento de firmas respecto del padrón electoral, todo con una notable flexibilización.

En otra pista del espectáculo avanza el diseño de la candidatura presidencial de Miguel Ángel Mancera. A la colocación de una pieza propia en la presidencia del comité nacional perredista (la muy próspera Alejandra Barrales Magdaleno) se añade la instalación, ayer, de un consejo consultivo del sol azteca que fortalece la participación del gobernador de la Ciudad de México, quien podrá influir desde ahí abiertamente en ese partido sin estar afiliado a él.

En dicho consejo consultivo convergen los coordinadores de las bancadas en el Senado y en la Cámara de Diputados y los mandatarios estatales que son perredistas, más el externo Mancera, quien manteniendo la etiqueta de independiente (ayer reiteró que no se afiliará a la Revolución Democrática) pretende ser candidato presidencial con el apoyo del PRD, al que tiene comiendo de la mano (no se habla solamente en términos presupuestales), y los partidos Del Trabajo y Movimiento Ciudadano, estos dos ya bastante apalabrados. El abanico independiente de Mancera incluye al presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro (factor muy determinante en la ruta que tome el MC a escala nacional); al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, y al presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez, ex panista. ¡Hasta mañana!

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