Administrado en pequeñas cápsulas, El elíxir de amor es el remedio para conocer el mitificado género de la ópera.

La famosa obra de Gaetano Donizetti es transformada en una versión reducida, interpretada por tres cantantes profesionales, un pianista y una narradora, por la soprano Lourdes Ambriz, montaje que deambula por plazas públicas del país.

La idea es hacer un acercamiento agradable para conocer una ópera completa con toda su trama, aunque sea en una sola capsulita, expresó Ambriz durante el anuncio de las tres funciones gratuitas, del 5 al 7 de agosto, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, como parte del programa ¡Cuéntame una ópera!

Un balcón, un parque o un mercado, cualquier lugar se transforma en escenario con esta propuesta impulsada por la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes, para conocer la historia de Nemorino, quien se enamora perdidamente de la aldeana Adina, la chica más rica del pueblo. El elíxir de amor le es ofrecido para conquistar a su amada, como se estrenó en 1832 esta ópera cómica en dos actos.

Ambriz detalló que El elíxir de amor propone aproximar al público que jamás ha ido a ver una obra de ese género, pero tiene curiosidad. Se tiene reticencia a acercarse a la ópera porque se siente que es algo muy lejano de sus vidas, afirmó la soprano.

Esa adaptación tiene cierta narrativa de cuento y logra un reconocimiento de lo sucedido en escena y hace partícipe al público, lo involucra en la acción. Es un juego escénico donde nos tomamos muchas libertades, comentó en conferencia de prensa.

Nemorino, en el Estanquillo

La finalidad de esa iniciativa es formar públicos nuevos y de temprana edad al llevar las piezas de bel canto en formato pequeño, accesible para recorrer teatros o espacios sin condiciones escénicas para los obras de gran formato.

Se busca llevar ópera a todos los rincones del país, aunque uno de los prejuicios es que ese género es aburrido; hay que conocerlo bien, además de que es muy costoso. Sin embargo, para la experiencia sólo hay que abrirse a la música, la historia y las voces maravillosas.

El balcón del Museo del Estanquillo, en la ajetreada calle de Madero, en el Centro Histórico, será uno de los escenarios sorpresa para los transeúntes el sábado 6 de agosto, a las 13:30 horas, pues en su paso por la capital el montaje no sólo se escenificará en el teatro ubicado en la calle de Donceles. Desde lo alto del edificio conocerán a Nemorino, quien piensa que aun si muere en la guerra todo habrá valido la pena, a cambio de ese instante en el que sintió el amor.

El proyecto, que ya tuvo una función en abril, se informó en conferencia de prensa, continuará presentaciones durante el resto del año por los estados. En su paso por ocho entidades, como Veracruz, Tamaulipas y Oaxaca, ha brindado curiosas experiencias y oportunidades a los músicos que integran los varios elencos. En Sonora, fue una plaza comercial la que recibió al público sorprendido por los músicos, y en Tamaulipas, desde una lanchita del lago del parque ecológico, un barítono desplegó su voz; incluso unos adolescentes en situación de calle han sido parte del público furtivo, o hasta quienes de manera pacíficame tomaban su café en Veracruz, sentados junto a la soprano.

En la Ciudad de México participarán dos elencos, con las direcciones musical de León Felipe Tapia y de escena de Fernando Gómez Pimentel, en la versión de un acto, con duración de 80 minutos, que permite conocer una de las obras más emblemáticas, aclamadas y divertidas del repertorio operístico internacional, se anunció.