El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) llamó al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) a aclarar y resolver el debate en torno al cambio en la metodología para medir el ingreso de las familias mexicanas, no sólo para encontrar algún mecanismo que dé continuidad a la serie; para salvaguardar la credibilidad de ambas instituciones y de sus indicadores.

El organismo cúpula del sector privado dijo que la capacidad y el prestigio de instituciones como el Inegi y el Coneval son incluso fortalezas para la macroeconomía, el desempeño de los mercados y la política social, por lo que llamaron a ambos organismos a no politizar este asunto, que es de carácter técnico y que puede y debe solucionarse, con total transparencia.

El consejo empresarial consideró que el cambio en la metodología del Módulo de Condiciones Socioeconómicas de 2015 llevado a cabo por el Inegi causó ese debate, y sostuvo que si el termómetro no registra adecuadamente la realidad de la temperatura, jamás podremos recetar las medicinas adecuadas.

No obstante, aseguró que al margen de contar con mediciones cada vez más precisas y más allá del debate mediático, el problema real es que la pobreza sigue siendo un reto de enormes proporciones, en el que el país no ha avanzado de manera significativa a través de los años, pues si bien la pobreza extrema ha venido disminuyendo muy lentamente en términos relativos, en números absolutos son más de 11 millones de mexicanos en esta condición.

En su mensaje semanal, el presidente del CCE Juan Pablo Castañón aseguró que con la tendencia que registraron las últimas mediciones oficiales en torno al combate a la pobreza –las cuales apuntan a una reducción de menos de 0.5 por ciento en promedio anual–, el país tardará varias décadas en erradicar este flagelo, además de que la población total en pobreza multidimensional integra a cerca de 55 millones de personas.

Recomendaciones

Agregó que para avanzar al ritmo requerido se deben fortalecer cuatro áreas críticas: más empleo, que sólo se genera a partir de inversión y crecimiento, sostenido e incluyente; una política social más efectiva; educación de calidad que permita la movilidad social, y la prevalecencia del estado de derecho.

En materia económica, dijo, el país acumula tres décadas con un crecimiento promedio anual de 2.5 por ciento, sin que en el corto y mediano plazos se prevea un cambio importante en esta inercia.

Si se ha logrado contener el crecimiento de la pobreza, ha sido sobre todo por la recuperación de la estabilidad macroeconómica, tras una pérdida de alrededor de 70 por ciento del poder adquisitivo de la población más vulnerable, luego de los desajustes y las crisis que se presentaron hasta 1995, aseguró.

El organismo empresarial aseguró que por ello es preciso apuntalar los equilibrios fundamentales, ante los riesgos que se presentan en factores como la balanza de pagos y el déficit público.