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La escuela, dirigida por Guillermo Briseño, festejó 10 años con concierto en Coyoacán

Basta de covers; hay que hacer música original, instan en celebración Del Rock a la Palabra
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Alumnos del plantel interpretaron temas del disco Más pimienta al rock and roll, que musicaliza décimas y poemas del cubano Alexis Díaz PimientaFoto cortesía de la escuela Del Rock a la Palabra
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de julio de 2016, p. a13

“¡Ya basta de nostalgia y de covers! Hay que hacer música original, nuestra”, expresó en entrevista Aarón Cruz, luego de bajar del escenario instalado en el Jardín Hidalgo de Coyoacán donde se desarrolló, el pasado viernes, el concierto-festejo por el décimo aniversario de la escuela Del Rock a la Palabra.

Desde las cuatro de la tarde se demostró lo que la academia puede hacer con las ganas juveniles de dedicarse a la música. Alumnos del plantel interpretaron canciones del disco Más pimienta al rock and roll, que musicaliza décimas y poemas del escritor cubano Alexis Díaz Pimienta. Con aplausos y hasta lágrimas se manifestaron por lo que se escuchó: un ensamble macizo, acoplado, con armonía.

El poeta Mardonio Carballo y el bajista Alonso Arreola participaron con sus capacidades imaginativas, poderosas en su mensaje, sensibles a la cultura del país, al México profundo. Es su poesía extendida. Tres rolas por participante, aunque el público pedía más. Guillermo Briseño, director de la escuela, bajaba y subía del escenario apresurado. Tenía que marcar el ritmo.

Recuerdos de juventud

La mala suerte y el drama de los conciertos al aire libre: no llovió, se cayó el cielo. Pasado el efecto Tláloc, la fiesta siguió, pero con más gente. Briseño recordó cuando de chavo pensar en ser músico era casi una ofensa para los padres. De esos años son Los Locos del Ritmo, verdaderos dinosaurios en estas lides, maestros de mil batallas. Se reventaron Pólvora, Tus ojos y otras que demostraron lo que el rock nacional pudo hacer con talento propio. Algunas parejas bailaron. Se escuchó a un grupo con 60 años de historia.

Vino lo heavy con A Love Electric, con la brillante manera de tocar de Aarón Cruz, Todd Clouser y Hernán Hecht.

Llegó el palomazo final, infaltable, y Briseño invitó a los participantes a ser parte de ese momento. La academia va dejando su huella. Si es rock está bien. Si se toca bien, mejor. La mayoría fue música original.

Enrique Ochoa, de Los Locos del Ritmo, comentó que el rock no es un tipo de música, sino un estilo de vida. “Somos sesentones, y en el caso de Pepe Negrete, líder del grupo, es setentón, pero no nos sentimos viejos. Se disfruta. Todo esto viene de los negros que hicieron música el siglo pasado, con el blues, el swing. Son las mismas raíces y los viejos tocamos mejor está música considerada sólo para jóvenes.

Hoy los muchachos están más preparados; nosotros fuimos más líricos. Una diferencia es que antes había mucho trabajo para los rocanroleros y ahora no. Fuimos pioneros en crear canciones propias, originales.

Pepe Negrete comentó: A mí el rock me ha ayudado no tanto a entender la vida, sino a disfrutarla. Del Rock a la Palabra ayuda a los jóvenes a ver la vida como nosotros la vimos hace 60 años.

Roberto Villamil, guitarrista de Blue Cat, que llenó el Jardín Hidalgo con blues de Cream, en un homenaje a Eric Clapton, expresó: La escuela Del Rock a la Palabra tiene excelentes maestros. Forma talentos y proyecta el entusiasmo de los jóvenes. Para mí la música es un misterio que envuelve y es parte de la vida.

Aaron Cruz, de A Love Electric, que trabaja sobre todo en el extranjero, señaló: “Me parece importante que haya una oportunidad educativa para los jóvenes, como la escuela que hoy se festeja. La educación es importante, pero sobre todo en el arte. Qué bueno que los guíen maestros que sí saben. Yo no puedo decir si se va sintiendo la influencia de la academia en el rock, porque yo soy lírico. Lo importante es que se haga música, cosas originales, propias. Que se dejen a un lado los covers y las nostalgias. Que se hagan cosas nuevas”.

Memo Briseño, a quien se le salía el corazón por tanta emoción, afirmó: “Me conmueve nuestra capacidad de convocatoria, porque no es mía. Los muchachos dejaron muy satisfechos a los que los escucharon. Estoy seguro. Lo que yo hago desde escuincle se ve reflejado en esta escuela, en lo que hoy escuchamos.

Aquí estamos con los chavos, a los que se les suele tener un temor por el desplazamiento de los más viejos. Van a ocupar su lugar. Así es la vida. Se les cierra la puerta y se les niega enseñarles para que no sean competencia. En la escuela hemos hecho las cosas al revés de eso. ¡Les sacamos todos nuestros trapos al sol para que nos conozcan y los usen!