Para que el PAN no salga dividido de la contienda por la candidatura presidencial, los ex gobernadores Patricio Patrón, de Yucatán, y Fernando Canales Clariond, de Nuevo León, señalaron que debe haber piso parejo y reglas claras e iguales para todos los aspirantes.

Si se quiere convencer a los ciudadanos de que la mejor fórmula es la democracia, Acción Nacional tiene que demostrar que puede llevar una contienda interna a buen término, subrayó Patrón, quien consideró que ello implica tener bien el padrón de militantes y que haya piso parejo.

Canales confió en que al blanquiazul le irá bien en las primarias, pero saldremos mejor si hay una definición del dirigente Ricardo Anaya, a quien sus correligionarios han apremiado a renunciar al cargo si pretende ser abanderado presidencial, pues permanecer en él implica usarlo con fines personales.

Patrón dijo que no se puede ser juez y parte en la selección del candidato, luego de llamar a las corrientes a dialogar, encontrar una opción y no tomar decisiones hasta que formalmente se inicien las elecciones presidenciales.

Estimó que el PAN tiene posibilidades de ganar la Presidencia de la República, pero lo importante es saber para qué y cuál es el PAN que va a triunfar, pues el 5 de junio pasado lograron victorias algunos militantes que no han tenido comportamiento adecuado.

Canales reconoció que hay funcionarios que ostentan las credenciales del blanquiazul, “pero son corruptos”. Sin decir a quienes aludía, agregó que hay famas públicas que no se pueden ocultar.

Ante los triunfos de personas con estas características, el ex mandatario de Yucatán expuso que una lectura que debe hacerse de los comicios el 5 de junio, es que el PAN ganó porque la gente está cansada del PRI.

Al analizar la situación en que se encuentra Acción Nacional, partido en el que ya no milita, pues decidió no refrendar su membresía, Patrón señaló que la incongruencia y la falta de rigor le partió la madre al instituto político.

Resaltó que AN ha perdido muchos valores y padece vicios terribles, como la corrupción y una idea de unidad casi totalitaria, muy al estilo del PRI.