Durante tromba, se derrumba parte del techo del inmueble, ubicado en avenida del Taller
Habitantes temen por su seguridad ante grietas en muros y hundimientos de azoteas
Domingo 24 de julio de 2016, p. 27
La noche del jueves todo se vino abajo
. El techo de la recámara principal de la familia Méndez Vásquez se cayó debido a la tromba que azotó la ciudad. La vivienda que por años los albergó está a punto de derrumbarse por el descuido y la antigüedad de la construcción; el riesgo del colapso se incrementa por las lluvias que van en aumento.
El inmueble ubicado en avenida del Taller 142, en la colonia Lorenzo Boturini, delegación Venustiano Carranza, fue construido en 1930.
Actualmente sus 18 departamentos están habitados por familias de entre siete y ocho integrantes, que llegaron a ocuparlos en la década de los años 60 del siglo pasado.
En un principio fueron arrendatarios, pero en 1985, tras los sismos, los propietarios del inmueble dejaron de acudir a cobrar las rentas, relató Sharon Méndez, quien habita en el departamento número 10.
El predio quedó intestado y nadie lo reclamó, por lo cual cada familia se hizo cargo de los pagos de los servicios de agua, predial y luz.
Sin embargo, la falta de recursos no les permitió darle mantenimiento a la construcción, por lo que ya presenta paredes y techos cuarteados; las vigas de madera que sostienen las lozas están por derrumbarse e incluso se percibe la inclinación en pisos y muros; las azoteas tiene hundimientos. Sin embargo, ante el evidente deterioro hasta el momento no han podido realizar un dictamen ante protección civil.
Hace algunas semanas, cuando empezaron las primeras lluvias de la temporada solicitaron el apoyo de un arquitecto, que les advirtió nuevamente del peligro que enfrentan ante un colapso del inmueble. Les hizo recomendaciones: apuntalar varios de los cuartos con vigas de madera y colocar triángulos de seguridad.
Además, algunos vecinos pusieron lonas, plásticos o láminas en las azoteas para evitar que el agua se filtrara, pero las medidas que adoptaron fueron insuficientes para la familia Méndez y el pasado jueves se venció parte del techo de la recámara de Sara. Quedaron expuestos todos ladrillos, por lo cual decidieron desalojar el cuarto para no exponerse a un accidente.
Las habitaciones poco a poco se han ido desmoronando, por lo que los habitantes han optado por improvisar lugares para dormir. Por la mañana y la tarde se pueden ver las divisiones del departamento: sala, comedor y cocina, pero en la noche toda la vivienda se convierte en un dormitorio.
Ante los riesgos y la falta de recursos, algunos de los vecinos solicitaron el apoyo de las autoridades para que puedan determinar la expropiación del terreno y sean incorporadas a un programa de vivienda del Gobierno de la Ciudad de México.