El gran reto en los próximos años es bajar a los mexicanos del automóvil, así se alcanzaría una reducción importante en las emisiones de gases efecto invernadero (GEI).

Lo señalaron así especialistas y funcionarios, durante la presentación de la Guía de implementación de políticas y proyectos de desarrollo orientado al transporte: hacia ciudades bajas en emisiones, elaborado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, con apoyo de las Secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

En el documento se señala que el uso del automóvil y la expansión urbana contribuyen a elevar las emisiones de GEI del transporte, que en el país ascienden a 22.2 por ciento del total.

La baja cobertura y calidad de los vehículos colectivos han provocado que el uso de los particulares se triplicara en los pasados 30 años. El reporte añade que datos de la Secretaría de Desarrollo Social indican que entre 1980 y 2010 se dio una expansión descontrolada de las marchas urbanas en el país: las ciudades de más de 50 mil habitantes crecieron seis veces en ese periodo, mientras la población sólo lo hizo 1.9 veces.

Mariana Orozco, directora general adjunta de seguimiento de programas de la Sedatu, aseveró que para lograr que los mexicanos dejen de usar sus automóviles no basta construir ciclopistas o hacer calles sólo para peatones, sino que se necesita una estrategia integral de movilidad que incluya ciudades seguras, incluyentes, sustentables y competitivas.

Agregó que si bien las autoridades tienen clara la necesidad de reducir el uso de los vehículos, sus políticas de infraestructura se dirigen a motivarlo, como la construcción de segundos pisos o supervías. Se requiere un desarrollo orientado al transporte, el cual promueve la concentración del desarrollo urbano de usos habitacionales, comercio y servicio con altas densidades en torno a las estaciones de la red de transporte público.

Al propiciar un transporte seguro y de calidad e impulsar métodos de movilidad no contaminantes (como la bicicleta), señaló. las emisiones de contaminantes podrían reducirse en 7.4 por ciento.

Édgar Olaiz, director general de rescate de espacios públicos de la Sedatu, asevera que la base del desarrollo económico de las urbes de México y otros lugares del mundo en las últimas décadas ha girado en función del automóvil; de ahí la necesidad de repensar los proyectos urbanos.

Rodolfo Lacy, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de Semarnat, dijo que la intención es buscar una movilidad de bajas emisiones de carbono derivada de una ordenación ecológica y urbana del territorio eficiente desde el punto de vista energético.