La Comisión Nacional de Seguridad no cumplió con la aplicación de las garantías necesarias para emprender la segunda Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, la que, entre el viernes pasado y el 29 de julio, se encontrará en Paso del Macho, Veracruz.

En conferencia de prensa desde la parroquia a la Virgen de Guadalupe, en Paso del Macho, familias de personas desaparecidas pidieron a las autoridades federales que sin mayor dilación cumplan con las medidas cautelares acordadas antes de que iniciaran los trabajos de la brigada.

“Todavía llegamos aquí –procedentes de la Ciudad de México– con el resguardo de la Policía Federal, pero en cuanto nos establecimos en la parroquia, nos dejaron”, dijo Juan Carlos Trujillo Herrera, integrante de la Red de Enlaces Nacionales y del colectivo María Herrera.

María Elena Herrera Magdaleno, quien tiene cuatro hijos desaparecidos, dijo que una muestra más de que el gobierno, en lugar de buscar a los desaparecidos, con esto trata de impedir que nosotros lo hagamos. Ante la falta de reguardo federal, la brigada se organizó para poner en marcha mecanismos de seguridad internos. Esta brigada es de todos, y todos debemos cuidarla, insistió.

Por otra parte, entrevistadas en la Ciudad de México al inicio de esa segunda brigada nacional, madres de personas desaparecidas en Veracruz resaltaron que esa entidad se ha convertido en una fosa común.

Resaltaron que las cifras sobre este flagelo han ido en aumento y la muestra es que tan sólo el Colectivo de Familiares de Desaparecidos de Orizaba-Veracruz, que se inició con 25 casos, ahora ya tiene más de 100.

“Muchos niños están desapareciendo en Veracruz y por eso se han unido personas a nuestro colectivo… Obviamente, al gobierno no le conviene aceptar que Veracruz es una fosa común, pero a nosotros nos llegan muchas peticiones para que ayudemos a buscar, porque el gobierno no ha hecho nada, denunció Alicia Mendoza, madre de Joshua Aldair Mendoza, quien desapareció el 8 de septiembre de 2011, en Orizaba, con 14 años de edad, sin que las autoridades hayan hecho nada.

En situación similar se encuentra Lorenza Sánchez Morales, cuyo hijo, Patricio Rosales Sánchez, vendedor de palanquetas, desapareció el 11 de diciembre de 2011, a los 21 años. “No sé cómo desapareció, me habló ese día temprano y me dijo ‘mamá, me detuvo la policía de Orizaba’”. Desde entonces no lo encuentra, y denuncia que la policía de aquel municipio no la dejó buscar ni revisar los registros de detenidos.

Además, Margarita Morales Pardo, quien perdió a su hijo Filiberto Márquez Morales en Córdoba, el 15 de octubre de 2013. Era taxista y tampoco hay avances del caso. A lo mejor mi hijo estaba en el lugar y el momento equivocados, sostuvo.