iempre he creído que el nacimiento de un periódico es un acontecimiento que hay que celebrar, porque representa el surgimiento de una herramienta para una colectividad. En el periodismo los espacios sólo pueden ser creados y persistir cuando existe una necesidad de comunicación; y no es que lo que ya existe carezca de pertinencia o de calidad, sino porque al transcurrir el tiempo, el desarrollo de una sociedad requiere de nuevos enfoques y miradas. Hay muchas cosas que deben contarse o necesitan ser contadas de distintas maneras, y es la propia comunidad la que propicia el surgimiento de los canales para poder hacerlo. Un ejemplo de esto es La Jornada Maya, diario nacido apenas hace un año, el 6 de julio de 2015, el cual, a pesar del corto tiempo que ha transcurrido, es hoy un proyecto sólido que se convierte paulatinamente en un punto de referencia obligado en la península de Yucatán.
Todos podemos imaginar las dificultades que encierra desarrollar un proyecto periodístico nuevo; en este caso, al que algunas personas presagiaban los peores augurios. Comenzó a publicarse y distribuirse en la ciudad de Mérida, en un ambiente más o menos hostil, alimentado especialmente por algunos sectores políticos y del propio gobierno de ese estado, los cuales han venido apostando por la desaparición de lo que denominan huaches (fuereños o personas ajenas al estado), sin considerar que 90 por ciento del personal que labora en ese diario es de Yucatán, en su mayoría jóvenes periodistas con un promedio de edad que ronda 25 años. No nos sorprendamos dentro de algún tiempo ver que en algunos de ellos se esté depositado el futuro de la prensa yucateca.
Lejos de cumplirse los augurios adversos, y meses antes de llegar la fecha de su primer aniversario, La Jornada Maya comenzó a circular, además de Yucatán, en Campeche y Quintana Roo, lo que muestra una visión amplia que prevé las particularidades y necesidades informativas de toda la península. Actualmente está presente no sólo en Mérida y otras entidades yucatecas, sino en Chetumal, Cozumel, Cancún, Playa del Carmen, Isla Mujeres, Carrillo Puerto y la capital de Campeche. La convicción maya de la publicación es legítima, pues enfrentando incluso la abierta oposición de algunos sectores, mantiene su contraportada escrita precisamente en lengua maya, gracias al trabajo profesional y cuidadoso realizado por las traductoras que trabajan en el diario, con lo que se da visibilidad y se honra nuestras raíces, que son no sólo patrimonio de esa región, sino lo son de todos los mexicanos y de la humanidad.
El fin de semana pasado tuve la oportunidad de viajar a Mérida y pude conocer de cerca el trabajo que realiza el grupo de periodistas encabezados por Fabrizio León Diez, director del diario, periodista muy experimentado y creativo, fotógrafo extraordinario y gran amigo. Pude constatar la intensidad y la alegría del trabajo en la redacción de La Jornada Maya, así como conocer y conversar con el grupo de personas que hace posible la publicación, la cual no sería posible sin la inteligencia, complicidad e inspiración de Clara Huacuja, quien preside el consejo de administración y dirige las reuniones del consejo editorial.
La razón principal del avance en estos primeros 12 meses ha sido, a mi juicio, un trabajo profesional riguroso, preocupado en todo momento por la calidad; así como la introducción de una mirada fresca y desenfadada que permite lidiar con los principales temas políticos, económicos, culturales y científicos en la región. Al respecto, y a pesar de que ha logrado propiciar la discusión sobre importantes temas políticos y económicos que han sido auténticos éxitos periodísticos, no puedo dejar de mencionar el extraordinario trabajo que se ha realizado en temas como la presencia de tóxicos en el agua de los cenotes peninsulares, la explotación del pepino de mar y la exploración del cráter Chicxulub.
Además de los asuntos políticos, en el sureste mexicano hay una gran riqueza de temas ambientales, de salud, y un desarrollo muy importante de la ciencia y la tecnología, los cuales, sin duda, con la experiencia de su director y el profesionalismo de su equipo de colaboradores, dentro de muy poco tiempo distinguirán a este diario dentro del periodismo nacional.
Feliz aniversario y larga vida para La Jornada Maya.