Es necesario que las universidades se involucren mucho más en la búsqueda de personas desaparecidas en México, señaló ayer Jesús Peña Palacios, representante adjunto de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en este país.

Al participar en la presentación del libro La presencia de la ausencia, que narra las historias de 14 desaparecidos que radicaban en Nuevo León, Peña Palacios indicó que hace falta implicar mucho más a la academia en los temas de derechos humanos.

América Latina, indicó, lamentablemente tiene amplia experiencia en el tema de desapariciones, las cuales son utilizadas como táctica de terror. Sin embargo, en México el patrón de impunidad prevalece, añadió.

Una frase que duele

En algo andaba, es una frase que se escucha decir cuando una persona desaparece, y es una de las que más golpean. En lo que andaba era en trabajar o estudiar o ir a una fiesta, aclaró. Es injusto decir que se van voluntariamente.

La obra fue editada por la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FundeNL), que agrupa a familias que buscan a sus seres queridos. Uno de ellos es Nicolás Flores Reséndiz, mi primer y único novio, el padre de mis cuatro hijos, relató en entrevista su esposa, María Luisa Castellanos López.

Nicolás desapareció en 2011, cuando se dirigía a Tampico, Tamaulipas, a entregar una carga de fresas. Tenía 36 años. Por azares de la vida su hermano menor, Reyes Flores, estudiante de derecho de 23 años, lo acompañó. Esa fue la última vez que se supo de ellos, antes de esta pausa. Porque cada día los espero de regreso.

El trabajo de las autoridades para encontrar a miles de víctimas es ineficiente. Se quedan en actividades de escritorio, en procesos que no tienen resultados, lamentó.

Las crónicas de vida incluidas en el libro reflejan a muchos de los casi 30 mil desaparecidos en México, consideró Carlos Karim Zazueta, investigador de la oficina regional de Amnistía Internacional (AI). Nos permite acercarnos a la persona y su familia antes de que les ocurriera esa tragedia.

Según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, en Nuevo León hay más de 2 mil 200. Sin embargo, no todas los casos son denunciados y no todos se inscriben, sostuvo.

Deploró que en el Senado no se ha podido tener la voluntad política de todos los partidos para aprobar la ley sobre el tema. Sumado a ello, la tipificación del delito es incorrecta y no toma en cuenta obligaciones internacionales como crímenes de lesa humanidad o responsabilidad del superior jerárquico, afirmó.