El representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), Mark Manly, advirtió que el problema de la migración masiva no es exclusivo de Europa, sino también de América Latina y especialmente de México, adonde cada vez más llegan familias enteras de Guatemala, El Salvador Honduras, que huyen de la violencia.

Expuso que entre 2013 y 2015 se incrementó en 164 por ciento el número de centroamericanos que pidieron refugio en México, problema que afecta también a las naciones vecinas.

Al participar en el diplomado El asilo como derecho a la protección internacional, el representante de Acnur señaló que México recibió el año pasado a 3 mil 423 refugiados centroamericanos, mientras Belice, en lo que va de este 2016 ha dado refugio a más de 2 mil y Costa Rica, entre 2013 y 2105, a otras 4 mil personas.

Manly agregó que el Estado es el que tiene la posibilidad de asegurar los derechos de las personas refugiadas bajo los derechos humanos o bajo el derecho internacional de refugiados, pero no vamos a lograr un éxito frente a esa gran problemática si no hay una respuesta más amplia de la sociedad mexicana, además de los tres órdenes de gobierno.

Otras motivaciones

Durante el acto, Miguel Ruiz Cabañas, subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, reconoció que 90 por ciento de los refugiados que están en México, provienen de las tres naciones centroamericanas y huyen de los estragos del crimen organizado, pero no es la única razón. Recordó que en Guatemala, El Salvador y Honduras padecen lo que se llama el corredor seco centroamericano, fenómeno de sequía que ha durado los últimos 10 años.

Allí habitan, hizo notar, entre 3.5 y 5 millones de centroamericanos susceptibles de convertirse en refugiados. El gobierno mexicano, sostuvo, está consciente de la situación y ha comenzado a movilizarse antes de que se convierta en crisis humana.

Humberto Mayans, presidente de la comisión senatorial de Asuntos Fronterizos Sur, llamó la atención sobre la migración que acarreará el cambio climático en Mesoamérica. Es el caso, dijo, de 30 por ciento del territorio de Tabasco, que son tierras bajas y están amenazadas con desaparecer por el incremento en el nivel del mar.

Coincidió con senadores de PAN, PRD y PT en que el país no debe dar marcha atrás en la política de brazos abiertos a quienes se encuentran en situación de refugiados o buscan asilo y se pronunciaron por reforzar la legislación en la materia.

La panista Mariana Gómez del Campo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina, y el senador del PRD Zoé Robledo coincidieron en que no se debe dar marcha atrás en la política exterior mexicana, que siempre ha sido solidaria con quienes enfrentan condiciones de violencia, de inseguridad o son perseguidos políticos.

Gómez del Campo expuso que, de acuerdo con datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, de mil 296 solicitudes presentadas en 2013, a 533 personas les fue negado el asilo, 176 abandonaron su petición y 275 se desistieron, debido a que el trámite es demasiado tardado y a que a los peticionarios los llevan a una estación migratoria.

En ese sentido, la presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios, Layda Sansores, resaltó que de cada seis mexicanos que reciben asilo en el mundo, nosotros solamente lo damos a uno.

La perredista Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, explicó que es fundamental hacer una revisión a la ley de refugiados y de asilo político, pues a México llegan personas de Centroamérica, el Caribe y de otras partes del mundo, que buscan llegar a Estados Unidos.