El camino del odio
n las calles de Aguascalientes se llevaron a cabo varias manifestaciones, algunas en respuesta a la iniciativa federal de legalizar el matrimonio igualitario, rechazada por los conservadores y la Iglesia católica, al grado de intervenir en favor del Partido Acción Nacional en la elección pasada, lo que generó la impugnación de los resultados.
La marcha de orgullo gay se llevó a cabo el sábado de manera simultánea en varias ciudades del país y en el estado con un inicio trágico: la muerte de Luis Fernando Ferra Aguilar, de 24 años, quien fue atropellado por un automovilista que se pasó un alto y huyó. Lo más grave es que el fin de semana la autoridad municipal no explicó por qué no se cumplieron los protocolos que hubieran evitado esta tragedia. El lunes, el secretario del ayuntamiento exculpó a los elementos policiacos y, obstinado, desatendió las acusaciones con pruebas de la negligencia de la policía municipal. Esa negligencia genera el ambiente propicio para que las redes se inflamen de odio ante la falta de información y respuestas; deja libre paso a la ignorancia: los intolerantes han vuelto motivo de festejo este lamentable accidente y surge la suspicacia por la diferencia de trato a los grupos conservadores, que sí han sido cuidados, por no decir alentados, desde el palacio municipal.
Por desgracia, pareciera que estas marchas se han quedado en el plano de la visibilización efímera de la postura, del repudio, pues la sociedad de Aguascalientes no se ha permitido ser partícipe en la toma de decisiones. Son de la incumbencia de todos los temas que atañen al país, al estado. Si continuamos en el letargo, en los comentarios banales y en la opinología de las redes sociales, otros serán los que lleven agua a su molino, como siempre, así como siempre son los mismos que salen a la calle a marchar.
Twitter: @jornadags
