Martes 28 de junio de 2016, p. 23
Washington.
Funcionarios de inteligencia jordanos robaron armas valuadas en millones de dólares que la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y el gobierno de Arabia Saudita enviaban a rebeldes sirios para luego venderlas en el mercado negro, informaron este lunes el diario estadunidense The New York Times y la cadena de televisión Al Jazeera.
El armamento fue enviado a Jordania como parte de un programa secreto de la CIA para entrenar y equipar a rebeldes moderados
sirios que combaten al gobierno del presidente de Siria, Bashar al Assad.
Ambos medios, que citan a funcionarios jordanos y estadunidenses que pidieron el anonimato, informaron este domingo que algunas de esas armas fueron usadas en noviembre pasado durante un tiroteo en una instalación de entrenamiento de la policía en Amán, donde murieron dos contratistas estadunidenses, dos jordanos y un sudafricano.
También afirmaron que la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) ha indagado el caso durante meses.
Rifles, morteros y granadas
El armamento incluye rifles de asalto AK-47, morteros y granadas que llegaron al mercado negro.
Los investigadores no están seguros de lo que ha ocurrido con la mayoría de las armas, pero muchos sospechan que un buen número habría terminado en manos de tribus rurales jordanas, bandas criminales y en otros países.
Los servicios de inteligencia sauditas y la CIA han entrenado a rebeldes sirios desde 2013. El adiestramiento y la entrega de armamento se ha hecho en Jordania, debido a la proximidad geográfica con Siria.
La llegada de esas armas al mercado negro recordó a analistas el fracaso que representó la operación Rápido y furioso, realizada de 2009 a 2010 por la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de Estados Unidos, que permitió el trasiego ilegal supervisado de más de 2 mil armas de Estados Unidos a México, como parte de un operativo de Washington contra el cártel de Sinaloa.
A gran parte de ese armamento se les perdió el rastro entre noviembre de 2009 y finales de 2010. En todo caso, Rápido y furioso fue la cuarta operación de ese tipo que el gobierno estadunidense llevó a cabo desde 2006.