Con el propósito de que las nuevas edificaciones se realicen con un enfoque de eficiencia energética, el Gobierno de la Ciudad de México modificó el Reglamento de Construcciones, como parte de las acciones para combatir el cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero.

De esta forma, los nuevos establecimientos comerciales, industriales, de oficinas, servicios y de espectáculos que usen agua caliente y tengan más de 30 empleados, además de instalar el sistema convencional de calentamiento de agua deberán montar otro de aprovechamiento de energía solar; lo mismo que en la edificación de conjuntos plurifamiliares de más de tres viviendas y unifamiliares de más de 100 metros cuadrados.

Asimismo, informó la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) capitalina, las construcciones no habitacionales y negocios, como de lavado de autos, deberán contar con redes de agua tratada y de lluvia para todos los usos que no requieran de agua potable.

Al señalar que dichas normas deberán ser observadas tanto para las nuevas construcciones, como para las modificaciones a edificaciones ya existentes, manifestó que la eficiencia energética implica cambiar la forma en que se produce y consume la energía y aprovechar las que son renovables.

La dependencia señaló que a más tardar en un mes se publicará en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México la norma técnica complementaria, en la que se fijarán las consideraciones técnicas, fórmulas y tablas para el adecuado cumplimiento de lo establecido en el reglamento en los rubros de aislantes térmicos; eficiencia energética de bombas y sistemas de bombeo de agua; sistemas de alumbrado en vialidades; de motores eléctricos, además de las características térmicas y ópticas del vidrio y sistemas vidriados.

Agregó que estas acciones están contempladas en el programa ProAire para fomentar el uso de energía solar en el calentamiento de agua de uso doméstico, comercial, servicios e industrial y son un compromiso del gobierno de la ciudad con el Grupo C40 de Ciudades líderes del clima y el Pacto de los alcaldes para el clima y la energía.

La Sedema puntualizó que la viabilidad de esta norma se planteó con la asistencia técnica del Instituto Mundial de Recursos de Movilidad Urbana Sustentable, el Programa para el Desarrollo Bajo en Emisiones de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, así como la cooperación técnica del Reino de Dinamarca.