Investigadores del Instituto de Geofísica (IG) de la UNAM trabajan, junto con pobladores de varias comunidades de Hidalgo y autoridades estatales, en un proyecto para que el geoparque La Comarca Minera pueda ingresar a la Red Global de Geoparques de la Unesco.

En caso de ser considerado por ese organismo internacional, este espacio –cuya extensión abarca parte de los territorios de nueve municipios de Hidalgo– se reconocería la existencia en el país de un patrimonio geológico singular y de interés mundial, tanto por su valor científico como el estético y el de gestión comunitaria, informó Carlos Canet Miquel, investigador del IG.

En entrevista, el especialista detalló que en caso de obtener dicho nombramiento, este geoparque lograría generar para la región mayores ingresos por turismo y ampliar la investigación geológica

Los representantes de evaluación de la Unesco estuvieron en el sitio la semana pasada para analizar en el campo los argumentos presentados en el proyecto entregado por los especialistas universitarios y, con ello –en caso de cumplir con lo que marcan las reglas de Unesco– encaminar todo para que se pueda dar el nombramiento.

Canet Miquel indicó que en el mundo existen alrededor de 130 geoparques patrimonio de la Unesco, de los cuáles sólo hay cuatro en América: dos en Canadá, uno en Brasil y uno mas en Uruguay. Además del proyecto de Hidalgo, el organismo internacional también analiza si reconoce como tal otra opción en la mixteca alta de Oaxaca, en la que colaboran investigadores del Instituto de Geografía de la UNAM.

Si bien, indicó, la conservación es uno de los pilares de los geoparques, también se toman en consideración cuestiones como la educación, la ciencia y el desarrollo. Algunos temas prioritarios para la Unesco son la gestión de recursos naturales, riesgos geológicos, cambio climático, la equidad de género y la lucha contra la desigualdad.

Las zonas que abarca este geoparque son Pachuca, Actopan, Real del Monte, Mineral del Chico, Huasca de Ocampo, Atotonilco, Mineral de la Reforma, Singuilucan y Tulancingo.

Algunos de los requerimientos que se deben cumplir para que estos espacios obtengan el título, dijo el académico, es que el geoparque cuente con un modelo de gestión participativa horizontal, que esté avalado por el gobierno y el sector académico, y exista la participación de todas las comunidades a fin de que se dé un desarrollo local a partir de una explotación sustentable basada en el turismo, la divulgación, el comercio de productos regionales, entre otros.

El hecho de que el parque sea reconocido con ese título, enfatizó, traería beneficios a la región de entrada, porque la Unesco es un sello de prestigio, además de que se daría visibilidad global al geoparque, habría más visitantes que dejarían mayores ganancias para los pobladores y se generaría una vocación de mayor colaboración entre las comunidades.

Este sitio ha sido estudiado por décadas por especialistas de la UNAM, de ahí que con su vocación social, el IG impulse esta idea para que México pueda contar con un geoparque reconocido por la Unesco. Es un modelo de cómo se puede dar la gestión del territorio con la intervención y colaboración de todos los actores académicos, sociales y gubernamentales.