Los restos de los otros dos llegarán al país en cualquier momento
Viernes 24 de junio de 2016, p. 12
Los restos de Joel Rayón Paniagua y Juan Chávez Martínez, dos de los cuatro mexicanos asesinados junto con 45 personas en el atentado al bar Pulse de la ciudad de Orlando, Florida, fueron velados en Córdoba, Veracruz, y Huichapan, Hidalgo, respectivamente.
A las 6 de la mañana de este jueves, el féretro con el cuerpo de Joel llegó a la vivienda de dos pisos, en la colonia Fredepo, misma que construyó con parte de lo ganado en nueve años de trabajo en su primera estancia en Estados Unidos, de 2002 a 2011.
En la casa de la familia, la sala-comedor se convirtió en un salón de velación, donde parientes y amigos cercanos acudieron a dar sus condolencias. El ataúd blanco está al fondo de la habitación. Alrededor hay flores blancas y cuatro cirios. En medio, la foto de medio cuerpo, donde Joel viste de traje y corbata.
Diario y álbum de Joel Rayón
En la cocina, mujeres encabezadas por la abuela y la madre del difunto miran y remiran el álbum de fotos y un diario de anécdotas que escribieron amigos latinos de Joel, que residían con él en Estados Unidos. Ambos objetos fueron entregados a Rufina Paniagua cuando viajó a Orlando para recuperar el cuerpo de su hijo, de 35 años.
Joel había prometido a su madre que en cuanto estuviera mejor acomodado le tramitaría un pasaporte y una visa para que lo alcanzara y conociera Orlando. Se le cumplió su deseo de que yo llegara allá, pero siento tristeza porque yo no quería que fuera así, ni quería traérmelo de esa manera
, remata la mujer.
También ayer, pero en una humilde vivienda del poblado de Maxtha, municipio de Huichapan, llegaron los restos de Juan Chávez Martínez, de 25 años, quien hace nueve años salió de esta comunidad para ir a trabajar a Estados Unidos en busca del sueño americano.
Al momento de que el féretro era bajado de la carroza, la tristeza de la mamá y las hermanas del joven se manifestó en desgarrados gritos de llanto. Dos de las hermanas de Juan Chávez se desmayaron, por lo que a los pocos minutos una ambulancia con paramédicos se presentó para atenderlas.
A petición de la familia, el lugar estuvo resguardado por la policía municipal y no se permitió a la prensa el ingreso a la casa donde se veló el cuerpo.
Era un buen muchacho; ayudaba a sus papás en la siembra
, dijo con la voz entrecortada por el llanto Celedonia Martínez, abuelita de Juan, quien reveló también que la noche de la masacre tanto ella como otros familiares fueron informados de la tragedia.