La Procuraduría General de la República (PGR) y la Fiscalía de Oaxaca  indagan las versiones que refieren que el pasado domingo personas vestidas de civil abrieron fuego desde diversos edificios en contra de los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), miembros de organizaciones civiles y  ciudadanos en la comunidad de Nochixtlán.

Asimismo, funcionarios federales señalaron que no han concluido los análisis de las necropsias practicadas a las personas fallecidas, por lo que aún no se tiene claro si habrían muerto por disparos realizados por personal de la Policía Federal (PF) o percutidos por armas distintas a las oficiales.

De los 400 agentes federales que actuaron el pasado domingo –de acuerdo con información proporcionada por funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional–, al menos 200 forman parte de la División de Fuerzas Federales, 100 están adscritos a Seguridad Regional y 100 más de la Gendarmería.

Presuntamente, los integrantes de Seguridad Regional y la Gendarmería son los únicos que habrían llegado armados a Nochixtlán y por ello el Ministerio Público Federal trata de determinar si alguna de esas armas estaría involucrada en el fallecimiento de los civiles.

Los entrevistados señalaron que las necropsias practicadas también permitirán establecer si las heridas que ocasionaron el fallecimiento de las ocho víctimas fueron infligidas por elementos de la policía estatal de Oaxaca.

Tiradores en azoteas

En cuanto a las investigaciones –aunque no se precisó si el personal de la PGR y de la Fiscalía de Oaxaca han acudido al lugar de los hechos–, se busca establecer si hubo personas que hayan accionado armas de fuego desde el techo de algunas viviendas o, como han indicado algunas versiones, desde un hotel de esa localidad.